Transporte

Un 40,6% pide más apoyo al transporte público

El 90,8% es firme defensor de este medio pero sólo un 36,9% cree que tiene la calidad que se merecen los ciudadanos.

Un escaso 6,4% rechaza las políticas en favor de los transportes públicos en las ciudades
Un escaso 6,4% rechaza las políticas en favor de los transportes públicos en las ciudadeslarazon

El 90,8% es firme defensor de este medio pero sólo un 36,9% cree que tiene la calidad que se merecen los ciudadanos.

Un nuevo paradigma de transporte en las ciudades. Tras la peatonalización, la gestión de los movimientos de masas se ha visto impactada por nuevas ideologías de la gestión pública del transporte. El coche ha sido «demonizado» por una parte de los gestores públicos y se apuesta por nuevas fuentes de energía aplicadas al transporte: el diésel sigue el camino del carbón y la energía eléctrica pugna por erigirse como la gran triunfadora. La colectivización es apoyada, según apunta la encuesta de NC Report para LA RAZÓN, por el 90,8% de los encuestados. Una cifra que se eleva dos puntos si a los que se les pregunta tienen más de 55 años. Con todo, son las personas de mediana edad –las que desarrollan una actividad profesional más activa– las que en un 59% utilizan con mayor frecuencia los transportes públicos. Unos medios sobre los que existen opiniones muy atomizadas y variadas. Mientras el 36,9% considera que tienen una calidad óptima, un 30,1% rechaza esta idea y un 33% confiesa que no tiene criterio sobre ello. Respecto a la involucración de las administraciones, el 50,5% valora de manera positiva a los responsables gubernamentales –tanto del Estado como autonómicos o municipales– en su implicación en favor del desarrollo de estas estructuras que faciliten la movilidad. Con todo, el transporte de calidad tiene un precio y tiene que ser pagado de alguna manera. Ese es el asunto clave que muchos gobiernos silencian ante la población correspondiente. En muchas ciudades se opta por hacer políticas de gratuidad y luego no hay cómo cubrir unas inversiones que no se pagan a la misma velocidad que cambian los criterios de movilidad.