Ibiza

«Un concurso de AXE que podía llevarme al espacio me destrozó la vida»

A pesar de las medidas de seguridad, Yaiza salió disparada a unos 12,5 metros de altura, equivalente a un quinto piso. Impactó de cara contra el agua, se partió dos huesos de la cara, tuvo lesiones en cuello y rodillas y una incapacidad permanente del 48%

Yaiza, vestida de astronauta, en uno de los vídeos de su canal de Youtube
Yaiza, vestida de astronauta, en uno de los vídeos de su canal de Youtubelarazon

Yaiza salió disparada a unos 12,5 metros de altura, equivalente a un quinto piso. Impactó de cara contra el agua. Ahora sufre una incapacidad permanente del 48%

Yaiza Schmöhe soñaba desde que era niña con poder viajar al espacio. En 2013 se presentó una ocasión que no podía desperdiciar. AXE presentaba un nuevo desodorante y para promocionarlo convocó un concurso que tenía como premio el ansiado sueño de Yaiza. Después de meses de competición, en los que tuvo que superar numerosas pruebas, la cifra de aspirantes se redujo de los 17.000 iniciales, a 20. Yaiza, Licenciada en Física teórica y doctora en Cosmología, era una de las cuatro mujeres supervivientes. Tuvieron que pasar primero por una criba en Internet, donde debían registrarse en la página web del concurso con una fotografía y conseguir el mayor número de votos para continuar adelante. Los 7.000 supervivientes tenían que contestar a un cuestionario para explicar porqué querían viajar al espacio. La criba dejó el número de semifinalistas en 50, que tuvieron que diseñar un prototipo de traje espacial que los 20 concursantes que acudirían a la prueba final tendría que utilizar.

Los finalistas tenían que enfrentarse el 22 de junio en Ibiza a la última y definitiva prueba: Un blob-jump (dos personas se dejan caer desde una plataforma a un extremo de una colchoneta para, del golpe, impulsar a otra persona que está sentada en el otro extremo de la colchoneta -"blobber"-, que se levanta varios metros en el aire y cae finalmente al agua.

Yaiza no era una principiante en esto de las acrobacias. De hecho, a primeros de junio compartió en su canal de Youtube varias acrobacias ejecutadas perfectamente. Sin embargo, en esta ocasión algo falló.

A pesar de las medidas de seguridad, Yaiza salió disparada a unos 12,5 metros de altura, equivalente a un quinto piso. Las condiciones no eran las óptimas. Era de noche y Yaiza no pudo prepararse para entrar en el agua. En ese instante, su vida dio un giro de 180 grados. Impactó de cara contra el agua, se partió dos huesos de la cara, tuvo lesiones en cuello y rodillas y una incapacidad permanente del 48%.

Después de varios años intentando que la compañía asuma la responsabilidad, lanzó hace 5 días una campaña de recogida de firmas en Change.org y ya ha recibido más de 220.000 apoyos. en su petición, Yaiza denuncia que después del accidente "todo lo que recibí por parte de la organización fueron unos ibuprofenos y tuve que ir en taxi al hospital más cercano, donde me sorprendió encontrar a otros concursantes lesionados. Yo había sido la última en saltar ¿Por qué no nos avisaron ni pararon el concurso cuando se lesionó el primero? Y, además, ¿por qué en sus pantallas mostraban alturas menores a las que realmente los concursantes estábamos alcanzando? 48 horas después, me operaron de urgencia y me pusieron una malla de titanio bajo el ojo y, aunque no he perdido el ojo y tengo la suerte de estar viva, como secuela, me ha quedado visión doble (diplopia) cuando miro arriba, abajo, izquierda y derecha".

Yaiza mostró su decepción con AXE: "Confiábamos en la seguridad de su nombre, confiábamos en que la prueba final sería un «blob-jump» estándar como el que habíamos visto tanto en vídeos de Internet como en los “ensayos” que los de la organización realizaron durante ese día, no con nosotros, sino con periodistas y personal no profesional que habían contratado para el evento. Un salto divertido, sin mayor riesgo, de unos 5-6 metros al agua".

Pero recuerda que algunos de los parámetros de los ensayos se cambiaron en el último momento "para dar más espectacularidad a la prueba: no sólo porque en lugar de 2 saltadores habría 3, sino porque alguien de la organización decidió subir la plataforma de salto unos metros para que los concursantes voláramos más alto, concursantes que debíamos llevar un traje de astronauta casero que no revisaron para comprobar su seguridad, tal y como habían prometido, porque no tuvieron tiempo y que incluían un casco de astronauta que, gracias al consejo de un amigo y profesor de acrobacias que estaba en Ibiza esa noche, tuvimos la suerte de quitarnos antes del salto porque, si no, podría no estar contándolo ahora".

Pero es que, además, "se fue haciendo tarde y los últimos tuvimos que saltar en la oscuridad de la noche... muy espectacular sí, grandes pantallas, grandes focos que, desgraciadamente, seguían al concursante en su salvaje vuelo, cegándolo, imposibilitándole ver la superficie del agua para protegerse del impacto, porque, a pesar de tanto foco, habían olvidado iluminar lo más importante para la seguridad del concursante: el área de impacto", dijo.

"A pesar de todo, más de 800 días de baja después sigo esperando que AXE - Unilever admita su responsabilidad en lo ocurrido. Hasta el momento, ni mis denuncias en los medios de comunicación, ni la querella interpuesta por un delito de lesiones por imprudencia están funcionando. Y por eso inicio esta petición para pedirle a AXE que asuma su responsabilidad en lo ocurrido durante la final de su concurso del que se quieren desentender y que me indemnice en compensación no sólo por todo el infierno vivido estos años sino por tener ahora que adaptar mi vida personal y laboral a mi nueva condición de incapacitada. El concurso de AXE me ha destrozado la vida y eso ya no puedo cambiarlo. Lo que sí podemos cambiar es la impunidad con la que actúan grandes marcas como Unilever al no responsabilizarse de sus errores, que entiendan que las personas somos más importantes que sus productos y que no jueguen jamás con la vida de nadie por un poco de publicidad", concluye.