Abusos a menores

Un guardia de seguridad de un centro comercial abusa de una niña de tres años en una salida de emergencia

Cuando regresó con la menor, reprendió a la madre por haberla dejado sola y desamparada

Momento en el que el guardia de seguridad coge a la niña de la mano para llevársela a un lugar apartado
Momento en el que el guardia de seguridad coge a la niña de la mano para llevársela a un lugar apartadolarazon

Un guardia de seguridad cogió de la mano a una niña de tres años que estaba llorando en una zona de juegos, la llevó a una salida de emergencia y abusó sexualmente de ella.

Mohammad Hassan Al Bayati, un guardia de seguridad del centro comercial DFO Homebush de Sidney (Australia) abusó de una niña de tres años durante su horario de trabajo. La menor estaba en una zona de juegos y se puso a llorar. El guardia de seguridad aprovechó para acercarse a ella y tranquilizarla. Después, bajo el engaño de que la acompañaría junto a su madre, la cogió de la mano y se la llevó a un lugar retirado, lejos de todas las miradas, de todas las cámaras, a una salida de emergencias. Allí, tocó la ropa interior de la niña y le "ofreció"su pene. Once minutos después, regresaron a la zona de juegos, donde esperaba la madre, que había regresado de comprar, y la reprendió duramente al haber dejado a su hija sola mientras lloraba. También estaba el hermano de la víctima, de 7 años, que lloraba porque no encontraba a su hermana, informa el canal australiano "7 News".

Durante el juicio, Al Bayati explicó que acudió a socorrer a la niña porque estaba sola y desamparada. Los hechos ocurrieron en las Navidades de 2016 y el juez acaba de condenar al agresor a cuatro años de prisión, de los que deberá cumplir íntegros al menos dos y medio.

El juez alabó la valentía de la niña que, a pesar de su corta edad, denunció lo sucedido y permitió que el guardia de seguridad, de 30 años fuera condenado. El día de los hechos, la pequeña le relató a su padre que el agresor le había mostrado su "aguja"y que le había intentado besar en el culo. El condenado lo negó todo ante la Policía y durante el juicio, pero el testimonio de la víctima, las imágenes de las cámaras de seguridad del centro comercial -que grabaron cómo el condenado cogía a la niña y se la llevaba de la zona de juegos a un lugar apartado-, además del ADN encontrado en la ropa interior de la niña, fueron suficientes para condenarlo.

El juez relató que el enfado del agresor con la madre y la charla que le dio sobre "los peligros y riesgos de dejarla sola en el área de juego"fue cuando menos sorprendente porque el mayor riesgo era su presencia", indicó.

"Cualquier madre debería tener derecho a dejar a sus hijos en un centro comercial y no tener ninguna sospecha de que alguien que debería cuidar los intereses de los clientes y de sus hijos les haga daño", añadió.

La familia relató que el incidente les había causado un gran trauma y ambos explicaron que habían pasado por una depresión: "Nuestra vida familiar fue destruida y nunca volverá a ser la misma, pero estamos muy orgullosos de que a pesar de que fuera un hecho traumático para ella pudiera contarle a la policía lo que ocurrió".