Un Pacto de Estado que se resiste

El acuerdo aún tiene que firmarse con las comunidades autónomas y algunas medidas deben pactarse con los ayuntamientos.

Mil millones de euros para desarrollar más de 200 medidas son el resultado de un Pacto de Estado contra la violencia de género que supone el segundo gran hito en la lucha contra esta lacra después de la ley integral aprobada en 2004. Supone un reconocimiento claro por parte de todos los grupos políticos de la necesidad de abordar este fenómeno –que se cobra una media de 60 mujeres al año– desde todos los ámbitos aportando soluciones conforme a las circunstancias actuales que vivimos. A pesar de la importancia del paso que se ha dado, la aplicación de las medidas tardarán hasta cinco años en verse concretadas. El Pacto está aprobado, pero falta la ratificación aún de las comunidades autónomas y negociar con ellas la aplicación de medidas que ahora son generalidades para concretarlas en hechos. De ahí que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ayer resaltara la «trascendencia» de la firma de este acuerdo político que ya fue refrendado en las Cortes en septiembre.

Carmen Quintanilla, vocal de la comisión de Igualdad del Congreso, ayer defendió la necesidad de que «se evite usar el pacto de manera partidista para medrar en la vida política» y abogó por que la primera medida que se lleve a cabo de todas las recogidas en el acuerdo alcanzado sea que los hijos de las mujeres asesinadas por sus parejas reciban la pensión de viudedad, en lugar del maltratador, como ocurre hasta ahora. En cualquier caso, no todas las medidas se pueden poner en marcha de manera inmediata ya que «hay algunas muy genéricas que habrá que pactar con los ayuntamientos, es un pacto que aún necesita mucha elaboración», admitió ayer Pilar Martín Nájera, responsable de la Fiscalía de Violencia sobre la Mujer.

«Lo aprobado supone un punto y seguido. Debemos felicitarnos por lo conseguido hasta ahora, pero siguen siendo medidas puntuales en situaciones ya cercanas a la violencia de género, debemos continuar con actuaciones preventivas, de concienciación y de crítica a lo que es el machismo en sí», explica Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno contra la violencia de género. El último CIS revela sólo que el 1% de los españoles considera la violencia de género como algo grave. «Esto no es coherente con la situación que padecemos e indica que aún hay mucho machismo en España», añade Lorente.