Cataluña

Un secreto compartido en torno a Caroline

Los amigos de la menor desaparecida en Sabadell hace un año y medio declararán esta semana. Una de ellas ocultó a los Mossos una llamada perdida que le hizo la joven

Un secreto compartido en torno a Caroline
Un secreto compartido en torno a Carolinelarazon

Los amigos de la menor desaparecida en Sabadell hace un año y medio declararán esta semana. Una de ellas ocultó a los Mossos una llamada perdida que le hizo la joven

Caroline, que tenía 14 años cuando desapareció, comenzó a correr como si la persiguiese el mismísimo diablo. Le precedía a solo unos metros por delante, dando grandes zancadas, Justin, un joven al borde de la mayoría de edad. Segundos antes, ellos y un nutrido grupo de amigos, que llevaban toda la noche de marcha, habían visto llegar a varios coches de los Mossos d’Esquadra. Las luces azules resplandeciendo en la oscuridad anunciaban redada. «No puedo más. Estoy agotada. ¿Qué hago», cuenta Justin que Caroline le preguntó jadeante mientras huían. «Escóndete tumbada debajo de ese coche que yo sigo corriendo y los atraigo hacia mí», relata el joven que le respondió. Así consta en su declaración, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN. Según Justin, Carol obedeció y él volvió a aligerar el paso. Eran las 5:45 de la madrugara del pasado 15 de marzo y el lugar donde se desarrolló la secuencia fue la conocida como Zona Hermética de Sabadell. Desde entonces nada se ha vuelto a saber de la menor. «Es como si se hubiese desintegrado, como si se la hubiese tragado un agujero negro», apuntan fuentes de la investigación. «El problema es que muchos de los testigos son menores de edad y hay que interrogarles con sus padres o con sus tutores delante y no es lo mismo. Aun así, manejamos un sospechoso y el juez lo sabe».

Se refiere a Justin, el joven que acompañó a Caroline en un tramo de su galopada. Pero ¿en qué basan su desconfianza? Los recelos hacia él se fueron construyendo mientras tomaban declaración a todo el grupo de amigos de la noche de la desaparición. Tras las carreras, la pandilla acabó reagrupándose en una hamburguesería de la estación de Sants de Barcelona, todos menos Carol. «Me encontré a Justin y me extrañó que estuviera solo tan tarde (eran sobre las 8:30 de la mañana). Le pregunté qué había pasado y me respondió que la Policía le había perseguido. Me dio la impresión de que iba asustado. No quería hablar mucho y lo hacía muy rápido», apunta un menor. Otro cuenta que el joven le dijo que Carol se había escondido debajo de un coche. Sin embargo, un tercero contradice esta versión: «A mí Justin me explicó que a Carol la había cogido la Policía». Esta obvia discordancia se vio reforzada cuando los Mossos revisaron las cámaras de seguridad de metro y ferrocarriles. En la de la estación de Sabadell, a las 23:49:31, cuando iban de marcha, se ve a Justin con una indumentaria. A las 08:28:54 en la estación de Sants, el punto donde se reagruparon, las cámaras recogen su imagen con una ropa diferente. ¿Por qué se cambió de ropa? ¿Qué hizo durante más de dos horas, desde que comenzó a huir de la Policía hasta que volvieron a verlo sus amigos? Los agentes le llevaron a la zona a reconstruir lo ocurrido. Señaló el lugar donde vio a Caroline tumbarse debajo de un coche y después explicó que él se había escondido en una zona de descampados durante dos horas hasta que creyó que había pasado el peligro.

Los investigadores también recelan de una amiga de Caroline. Aquella madrugada desde el teléfono de la menor desaparecida se realizó una llamada. Eran las 6:05:55. Nadie descolgó el teléfono. A los Mossos les escama que la adolescente, que tenía la llamada perdida en su móvil, no lo contara.

En función de estos datos, y de algunos otros, los policías que se encargan del caso han elaborado un informe que ya está sobre la mesa del juez instructor y cuyo contenido obra también en poder de este periódico. Sus líneas básicas son las siguientes: «Las circunstancias personales de la menor en su núcleo familiar eran buenas y no existe ningún detonante que pudiera sugerir que se quisiera escapar. Utilizaba a diario el Facebook y Whatsapp para relacionarse con su entorno, pero desde que desapareció no ha usado ninguno de los dos. Su teléfono no ha vuelto a tener actividad desde que desapareció», y desde entonces ha transcurrido casi un año y medio, «ni tiene recursos económicos como para poder sobrevivir sin ayuda. Consideramos que su ausencia no es voluntaria, sino forzosa. Todos los indicios apuntan a la participación de Justin en la desaparición de Caroline del Valle, ya sea por una acción directa del joven, homicidio, o que perdiera la vida de forma accidental y hubiese una posterior ocultación del cadáver, o que abandonara a la menor accidentada».

A pesar del tiempo transcurrido, la investigación continúa y el juez seguirá tomando declaración a todo el entorno de la menor. «Creemos que hay gente que sabe más de lo que cuenta, pero que no se decide a hablar, bien porque tienen miedo o porque están encubriendo a alguien».

Un muro de silencio, grueso y duro como el cemento, parece alzarse hasta el espacio, aunque los Mossos confían en que acabará resquebrajándose. De hecho, los amigos con los que salió aquel día declararán esta semana. «Un secreto compartido siempre acaba conociéndose y el primero que hable saldrá beneficiado», anima nuestro interlocutor. «Ojalá las lenguas se desaten y delaten al culpable».