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Un vendedor eleva el precio de un piso para disuadir y lo utiliza como «nidito de amor»

Fotograma del vídeo que corrobora que los agentes inmobiliarios utilizaban la casa de un tercero para mantener relaciones sexuales
Fotograma del vídeo que corrobora que los agentes inmobiliarios utilizaban la casa de un tercero para mantener relaciones sexualeslarazon

Un hombre ha presentado una demanda contra dos agentes inmobiliarios, a los que acusa de utilizar su casa en venta como «nidito de amor».

Un hombre ha presentado una demanda contra dos agentes inmobiliarios, a los que acusa de utilizar su casa en venta como "nidito de amor". Según reveló el programa "Inside Edition", Richard Weiner afirma que a partir de 2011, el precio de su casa, situada al norte de de Nueva Jersey, comenzó a tener un precio inalcanzable porque su agente inmobiliario, Coldwell Banker, pretendía desalentar a los compradores para tener encuentros sexuales con una compañera de trabajo.

Weiner comenzó a sospechar en enero de 2013, cuando vieron intrusos con linternas dentro de la casa. De inmediato denunció la situación a la Policía, que se presentó en el inmueble y cuando los agentes abrieron "la puerta a la casa y encontraron a la mujer subiéndose los pantalones", según refleja la demanda. "La mujer se excusó diciendo que estaba allí para preparar la casa para una visita .... Sin embargo, los dos agentes inmobiliarios estaban allí para tener sexo."

Cuando comprobaron las imágenes de una cámara de seguridad instalada en la casa, corroboraron todas las sospechas. En las imágenes, se puede ver a la pareja en varias instancias de la casa dando muestras de su pasión. El vídeo está editado y han sido suprimidas las escenas se sexo, según el mismo propietario describe. Weiner demandó al agente el pasado mes de diciembre y le exige una compensación económica por invasión de privacidad y estrés emocional. Los dos vendedores protagonistas de la historia han sido despedidos, aunque la mujer demandó al propietario de la vivienda por un supuesto chantaje de 900.000 dólares, a cambio de guardar silencio y de no hacer públicas las imágenes. La afectada le reclama un millón de dólares por daños y perjuicios. "