Violencia de género

Una paliza brutal acabó con la peregrina Denise

La autopsia echa por tierra la versión del presunto asesino. Le rompió la base del cráneo y varias costillas, le fracturó la mandíbula y le saltaron varios dientes.

Denise Pikka permanecía en paradero desconocido desde el 5 de abril
Denise Pikka permanecía en paradero desconocido desde el 5 de abrillarazon

La autopsia echa por tierra la versión del presunto asesino. Le rompió la base del cráneo y varias costillas, le fracturó la mandíbula y le saltaron varios dientes.

La historia inventada por Miguel Ángel Muñoz Blas se desmorona. Según su declaración, tras conocer a la peregrina Denise Pikka Thiem, que se encontraba realizando el camino de Santiago en un tramo de Astorga (León), ésta le dijo algo por lo que «se sintió ofendido». Acto seguido la golpeó en el lado derecho de la cabeza con un objeto contudente, lo que provocó que cayera sobre una piedra. Al ver que sufría convulsiones, Muñoz le cortó el cuello para que dejara de sufrir. Sin embargo, la autopsia del Instituto de Medicina Legal de Pontevedra echa por tierra esta versión: Denise fue víctima de una brutal paliza.

Según informa «Diario de León», la víctima presentaba varias lesiones a nivel cráneal: ausencia de fragmentos óseos a nivel de escama del temporal –en un lateral de la cabeza–, que «irradia a la base del cráneo» afectando al «peñasco temporal, órbita derecha y maxilar superior». Del mismo modo, presentaba sendas fracturas en la mandíbula derecha e izquierda, lo que pudo provocar la pérdida de varias piezas dentales. También tenía rotas múltiples costillas y una fractura del cartílago laríngeo –el corte en el cuello– «cuya vitalidad está en fase de estudio».

El cadáver, hallado en unos matorrales, estaba desnudo y en posición de decúbito prono, con la cabeza girada a la izquierda, las piernas flexionadas y las extremidades superiores plegadas bajo el cuerpo. El cabello estaba enredado con sustancias, sangre, palos y barro. Como adelantó LA RAZÓN, el cuerpo presenta la ausencia de ambas manos. Aunque se apunta la posibilidad de que hayan sido devoradas por alimañas, no se descarta que el presunto asesino las seccionara en un intento inútil de dificultar su identificación. En todo caso, hasta la fecha sólo se han hallado algunos restos que podrían pertenecer a dichas extremidades.

A tenor de estos datos, ¿cuál pudo ser el relato de los hechos? Según fuentes forenses, es posible que, poco después de su encuentro y tras mantener una conversación, Muñoz atacara a la peregrina y ésta intentara defenderse ofreciendo resistencia. Tras el forcejeo, Denise intentó huir y fue entonces cuando, atacándola por la espalda, la golpeó con una barra de hierro u otro objeto igualmente contundente en la base del cráneo. De todos los impactos, éste pudo ser el más virulento, aunque no mortal de necesidad. Posteriormente, remató a la mujer degollándola. Lo que parece claro es que Muñoz fue invadido por una ira incontenible e irracional.

Era el primer ataque que acababa en muerte, pero no la primera vez que agredía a una peregrina. En algún caso con intenciones sexuales. Su sistema siempre era el mismo: se colocaba al borde del camino, y cuando venía una mujer sola y no se avistaba a nadie a lo lejos, la indicaba una senda incorrecta que le separaba del recorrido oficial. Él se adelantaba y se ocultaba en un lugar cercano con el fin de agredirla.