Sociedad

Varios terrenos donde pudieron ocultar a Diana, foco de la investigación

Los agentes se centran en los titulares de los teléfonos que coincidieron en tiempo y lugar con el de la joven. Uno tiene antecedentes y otros, propiedades que por extensión y alejamiento de otras casas han encendido las alarmas.

Diana Quer desapareció hace 81 días en A Pobra do Caramiñal
Diana Quer desapareció hace 81 días en A Pobra do Caramiñallarazon

Los agentes se centran en los titulares de los teléfonos que coincidieron en tiempo y lugar con el de la joven. Uno tiene antecedentes y otros, propiedades que por extensión y alejamiento de otras casas han encendido las alarmas.

Un individuo que tenga una propiedad en un lugar discreto de la comarca y cuyo teléfono coincidiese en tiempo y lugar con las conexiones que realizó el de Diana Quer. Ésta es la línea de investigación más fiable, sobre datos comprobados, que sigue la Guardia Civil.

El examen pormenorizado del tráfico telefónico que se produjo en la madrugada del pasado 22 de agosto, fecha de la desaparición de Diana Quer, entre A Pobra do Caramiñal y Rianxo, ha empezado a ofrecer datos relevantes para las pesquisas que podrían conducir a la localización de la joven madrileña y a la persona o personas relacionadas con dicha desaparición. Los policías encargados del caso, un equipo conjunto formado por agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de La Coruña y de la Unidad Central Operativa (UCO), trabajan, con la hipótesis más fiable, de que lo que le pudo ocurrir a Diana sucedió en la zona de Taragoña, junto al Viaducto de la Ría de Arousa, en la autovía AG-11, bajo el que fue encontrado el iPhone 6-s de la desaparecida.

Después de un traslado en automóvil de A Pobra a esa zona, se cree que pudieron desarrollarse una serie de hechos violentos, ya que la persona o personas que la habían llevado hasta allí habrían actuado en contra de la voluntad de la joven.

Sin embargo, el único rastro que ha sido hallado relacionado con Diana Quer es precisamente el teléfono y, después de las correspondientes comprobaciones, se ha descartado que una casa pintada de azul o fábricas abandonadas en las que hay pozos, puedan tener alguna relación dichos hechos.

Asimismo, tras tomar declaración a una serie de testigos sobre la posibilidad de que el vehículo en el que viajaba fuera una autocaravana, han reconocido que había una joven de pelo largo, liso, pero que en ningún le vieron la cara, por lo que no pueden acreditar que fuera Diana. Por eso, la Guardia Civil no concede ninguna credibilidad a estos testimonios prestados, sin duda, con la mejor voluntad y con el ánimo de colaborar con las Fuerzas de Seguridad.

Al no haber sido encontrados más rastros de la desaparecida que el citado móvil, los investigadores se centran en los titulares de aquellos teléfonos cuyas conexiones a postes coincidieron en tiempo y lugar con el de la desaparición de Diana.

En un trabajo que ha llevado muchísimas horas, se ha conseguido centrar las pesquisas en varios de ellos, uno de los cuales pertenece a un individuo con antecedentes delictivos y, lo que se considera más importante, otros que tienen propiedades que por su extensión, localización y alejamiento de otras casas, son susceptibles de haber sido utilizadas para hacer desaparecer a Diana.

Los agentes dan por hecho que, pasara lo que pasara, la joven madrileña fue trasladada a otro lugar desde la zona de Taragoña. Los teléfonos móviles de esas personas que han merecido la atención de los investigadores siguieron, después de las 04:15 de la madrugada, hora en que el iPhone de la joven se desactivó al caer al mar, unos recorridos que, en algunos casos, concluyen en dichas propiedades.

Se trata de pistas que, al menos sobre el papel, parecen importantes, pero que requieren de una serie de trabajos complementarios antes de dar pasos definitivos en un sentido u otro.

En caso de que una de las propiedades que están en el punto de mira de la Guardia Civil despertara la alarmas se procedería a intentar localizar a Diana. Y como ya se ha hecho en ocasiones anteriores, contarían con el apoyo de la unidad canina. «Aunque hayan pasado ya casi tres meses, los perros pueden percibir un rastro perfectamente. De hecho, hemos hecho pruebas con cerdos y los perros detectan señales fortísimas incluso trascurridos nueve meses», explica Luis Avial, de Condor Georradar. Otra técnica a emplear –además del sónar que se usa en el agua– sería valerse de la termografía, que permite hallar las áreas que están más calientes, detalla Avial.

Pero para ello primero hay que encontrar el sitio concreto. Por el momento, después de la rapidez que se imprimió a las pesquisas en los primeros días para tratar de localizar, si era posible, a Diana, las gestiones han cobrado un ritmo que, sin perder en celeridad, ha aumentado en intensidad, con el fin de que ningún detalle pueda escapar a la atención de los agentes. Según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación, los pasos que se están dando ahora se realizan sobre la referida hipótesis de que algo indeseado, y probablemente de carácter violento, le ocurrió a Diana en la zona de Taragoña, cuando iba acompañada de uno o varios individuos, que después la trasladó o trasladaron a otro lugar, que sería en el que se encuentra en la actualidad.

El traslado estaría motivado porque en esa zona hay muchas casas, no existen terrenos despoblados y, además, es frecuentada por cazadores que podían haber encontrado cualquier pista de haber sido dejada allí.

El lugar al que habría sido conducida la joven, según las mismas fuentes, no debe estar muy alejado de Taragoña-A Pobra de Caramiñal. De hecho, los titulares de los teléfono «coincidentes» en tiempo y lugar con el de Diana, residen en esa comarca o alguna contigua.

Este periódico ya había publicado días pasados que la Guardia Civil, en estos más de dos meses y medio de pesquisas, había podido establecer las coincidencias de las conexiones, de lugar y hora, del móvil de Diana con otros teléfonos en los distintos postes que hay entre A Pobra de Caramiñal y el citado Viaducto.

El trayecto duró unos 15 minutos aproximadamente y fue realizado en un automóvil en el que viajaba la desaparecida, con uno o varios de los titulares de dichos teléfonos, o los que lo portaran en esos momentos.

Aunque el móvil de Diana quedó inactivo, no ocurrió lo mismo con los otros aparatos que han podido ser rastreado sin mayores problemas.

Las citadas fuentes insistieron en que, además de la identificación de la personas o personas que acompañaban a Diana aquella noche, la localización de la joven resulta fundamental, ya que, de lo contrario, el caso no quedaría resuelto completamente.

Hace ya algunas semanas, el grupo especializado de la UCO concluyó el informe sobre el tráfico telefónico que se produjo el día de la desaparición de Diana Quer.