Incendios

Un vecino de La Palma: «Gracias al fuerte olor a humo pudimos salvarnos»

Muchos de los 4.000 evacuados en un primer momento por el fuego tuvieron que salir «con lo puesto». El incendio sigue activo en dos frentes y se da por estabilizado en El Reventón

La Palma ha despertado un día más ardiendo: ya son 3.500 las hectáreas afectadas por este devastador incendio, de las que 200 corresponden al Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. El fuego continúa activo en el flanco sur, en el barranco de Jieque, y en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, mientras que ya se ha dado por estabilizado en el flanco norte, en la zona de El Reventón, según ha informado esta tarde la consejera de Presidencia, Administraciones Públicas y Seguridad del Gobierno de Canarias, Nieves Lady Barreto.

Miles de vecinos y vecinas de los pueblos de Puntagorda y Tijarafe se vieron sorprendidos la madrugada del sábado por un fuerte olor a humo, gracias a lo que, según un residente de Puntagorda, José Manuel, «pudimos salvarnos».

José Manuel y su familia salieron con lo puesto: «Primero comprobamos si las llamas avanzaban o se trataba de algo más aislado, cuando nos dimos cuenta de la envergadura del incendio nos dieron la orden de que teníamos que evacuar. Cogimos una muda, medicinas y las llaves de la casa. Un horror».

Los primeros evacuados fueron trasladados al Pabellón Severo Rodríguez, en el municipio de Los Llanos de Aridane. «Allí se respiraba miedo e incertidumbre. Era de noche y aún no podían operar los medios aéreos, por lo que solo estaban trabajando los medios terrestres. Las altas temperaturas de esos días y el fuerte viento complicaron las operaciones». José cuenta que con el transcurso de las horas llegaban más y más personas al Pabellón, hasta que los evacuados eran tantos que tuvieron que habilitar otros puntos donde alojar a las personas.

De la misma forma que ocurrió cuando la erupción del volcán, la ola de solidaridad se ha despertado en La Palma, y centenares de personas han ofrecido su casa para alojar a los evacuados. «Yo, por ejemplo, en mi casa soy solo, tengo dos habitaciones para lo que sea, cualquier persona impedida o lo que sea. Cuando el volcán me ayudaron muchísimo y por eso estoy aquí», cuenta un voluntario de los que se encuentran en el Pabellón Severo Rodríguez colaborando.

Las últimas informaciones apuntan a que el incendio se originó por la quema de un contenedor después de una fiesta. No es un hecho aislado, los incendios en la isla se suceden cada verano. Es habitual que ocurran por la negligencia de quienes no desbrozan sus fincas, de los que tiran colillas desde los coches o de los que queman un contenedor. «Hay que tener conciencia del peligro de estas acciones en plena ola de calor», apunta José.

Ya son una veintena las viviendas y locales quemadas por el incendio entre las que, afortunadamente, no se encuentra la de José Manuel, «pero sí que muchas personas han perdido sus viñas y cultivos, que por esta zona era un medio de vida y sustento muy común».

Según los últimos datos ofrecidos por el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), se ha ampliado el terreno que estaba cerrado por peligro ante el fuego y ya solo quedan cuatro personas realojadas por volver a su casa de las casi 4.500 que fueron desalojadas en las primeras horas de esta catástrofe. Así, los recursos para este martes consistieron en 400 efectivos terrestres y 10 medios aéreos, y durante la noche del lunes trabajaron 153 personas de guardia en extinción, más otros 40 en seguridad.

Los servicios de extinción se mantienen, sobre todo, en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, el lugar en el que se están concentrando gran parte de los esfuerzos de extinción ya que hay tres focos activos, aunque la evolución del fuego «es favorable». Tanto por tierra como por aire tratan de acabar con las llamas en esta zona de gran riqueza natural, y aunque el fuego avanza lentamente, se espera que estos días aumenten las temperaturas, algo que no ayudará a la extinción.

Hoy la zona del Valle de Aridane ha amanecido con una nube de humo de gran densidad y poca visibilidad, aunque se espera que, tal y como se anunció el lunes, los medios aéreos puedan operar en el foco más preocupante: la Caldera de Taburiente.

El jefe de emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, advirtió de que si las llamas llegan al fondo del cauce de la Caldera de Taburiente «se podría disipar el incendio y quemar toda la Caldera». Se trata de un espacio natural español protegido desde 1954 y Reserva Mundial de la Biosfera desde 2002.