Medio ambiente

Vigilar una carrera de burros en vez de evitar los incendios forestales

Agentes del SEPRONA solicitan la urgente ampliación de la actual plantilla, insuficiente para las misiones que tienen encomendadas

Agente del SEPRONA, de vigilancia en un parque natural
Agente del SEPRONA, de vigilancia en un parque naturalGuardia Civil

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil solicitan la urgente ampliación de la plantilla, 1.522 en todo el territorio nacional, poco más del 2% del conjunto de personal de la Guardia Civil, informa JUCIL. Subrayan la complejidad de los entornos en los que está desplegada esta unidad, cuya labor preventiva y de análisis es crucial para reducir el número de incendios. “La mayor presencia de patrullas facilitaría un mayor control y visualización de aquellas zonas rurales de alto riesgo de fuegos”, agregan.

A título de ejemplo, informan de que agentes del SEPRONA supervisaron la pasada semana una carrera de burros en O Saviñao, en vez de permanecer vigilando zonas sensibles de incendios en la provincia de Lugo.

“La plantilla está incompleta en una de las unidades más sensibles, con una plantilla que no se ha renovado en los últimos 24 años, cuando se creó el SEPRONA con el objetivo de garantizar el derecho de los ciudadanos a disfrutar de un medio ambiente adecuado, así como el deber de conservarlo”, agregan.

El secretario general de JUCIL, Ernesto Vilariño ha señalado “que ya en el 2010, el coronel jefe interino del servicio del SEPRONA, Jesús Rodríguez Lorenzo, hizo unas declaraciones en las que apuntaba la necesidad de contar con unos 800 efectivos más de los 1.804 que había en ese momento”. Por lo tanto, el número de agentes no solo se ha reducido de manera preocupante en un 15% desde que se hicieron estos cálculos hace catorce años, sino que además no ha aumentado la plantilla desde la creación de esta unidad, algo que “nos preocupa especialmente, ya que se ha perdido la capacidad operativa de la Guardia Civil en los montes y el entorno rural en general”.

“Se obliga a los componentes de las patrullas, no solamente a realizar inspecciones, sino que tras las mismas siempre queda llevar a cabo otras gestiones relacionadas con las denuncias e informes que eternizan las labores burocráticas y que hipotecan el tiempo de servicio de estas unidades, restándolo a otras de las muchas funciones que les son inherentes”. “Buena parte de estos efectivos, en pleno verano y ante la falta generalizada de agentes, se utilizan para realizar labores de seguridad ciudadana de forma que deben prestar servicio en acontecimientos tales como encuentros deportivos, festejos, encierros taurinos, así como en festivales musicales”.

Asimismo, recuerda que se han recibido denuncias de agentes sobre el mal estado de las motos que utilizan en su trabajo, algunas de ellas con más de 15 años y que rondan los 60.000 kilómetros, así como quejas sobre vestuario y calzado adaptado y específico para la conducción de las motocicletas por los montes; falta de ropa adecuada para inspecciones en industrias, teniendo que efectuar este servicio con la uniformidad habitual y con monos desechables, no aptos para esta actividad.