Ciencia y Tecnología

Violadores ocultos en «apps» de citas

Reino Unido ha lanzado la voz de alarma: las agresiones sexuales en aplicaciones de «ligue» han aumentado exponencialmente.

Imagen de la campaña «Innocence in danger», en la que se advierte del uso del móvil entre los menores de edad
Imagen de la campaña «Innocence in danger», en la que se advierte del uso del móvil entre los menores de edadlarazon

Reino Unido ha lanzado la voz de alarma: las agresiones sexuales en aplicaciones de «ligue» han aumentado exponencialmente.

Son apps que van directamente al grano. ¿Amor? Puede surgir, pero el objetivo final es mantener sexo. Basta con abrir un perfil, detallar las preferencias, indicar dónde nos encontramos e incluso especificar el radio de kilómetros de distancia en el que queremos buscar. A partir de ahí, basta con deslizar el dedo sobre la pantalla para aceptar, o rechazar, a la futura pareja. Todo rápido y, sobre todo, sencillo. Sin embargo, estas aplicaciones de citas, que en nuestro país están experimentando un auge tremendo en los dos últimos años, podrían estar siendo utilizadas con fines lesivos. Reino Unido ha lanzado esta semana una alerta. La Policía británica ha alertado del aumento de presuntos delitos que implican a usuarios de redes sociales de citas como Tinder o Grindr –esta última destinada a homosexuales–: casos de violación, acoso sexual a menores o incluso intentos de asesinatos. De 204 casos en 2014, se ha pasado a 412 en el último año. Las autoridades insisten en que las cifras provienen de denuncias en las que estas apps fueron citadas, lo que no significa que se inculpe que el delincuente la usara directamente. Pero sí que hay casos documentados. ¿Y en España? Ya se han producido denuncias.

El Centro de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS) informa de un caso que han tratado recientemente y que actualmente está a la espera de juicio. Fue el año pasado. Una menor de 15 años ingresó en una app de citas. Tras contactar con un hombre, que usaba un perfil falso, concertó un encuentro. Al llegar al sitio fijado, se encontró con otra persona de mayor edad. La citó en otro lugar, donde dos hombres abusaron sexualmente de ella. Uno de los violadores está detenido. «Gracias a la Guardia Civil, que cuenta con unas medidas extraordinarias, se rastrearon los datos del teléfono», explica Tina Alarcón, presidenta de CAVAS.

Por su parte, la Asociación de Ayuda a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia Doméstica (ADAVAS) también informa de una denuncia por parte de un hombre que ingresó en una app destinada a homosexuales y que sufrió una «violación salvaje». El caso se encuentra igualmente a la espera de juicio. Mientras la asociación CAVAS de Valencia también ha detectado algunos casos de jóvenes que, tras conocerse en una red social, comprobar que se compartían aficiones y que podría surgir en una relación afectiva, han acabado siendo agredidas sexualmente.

En ocasiones no se ha producido agresión sexual tras contactar a través de estas aplicaciones, pero sí que se ha perpetrado una «sextorsión»: la captación de imágenes sexuales para realizar un chantaje posterior. Como explica el director y fundador de la ONG PantallasAmigas, Jorge Flores, el extorsionador investiga el perfil de la víctima pensando en el poder adquisitivo que puede tener, si trabaja o no... Tras intimar, capta imágenes de índole sexual y amenaza con publicarlas si no se produce un pago que puede ir de los 500 a los 5.000 euros. «En el último año, los casos podrían haberse multiplicado por cuatro», señala Flores. Ni que decir tiene que el hecho de pagar el chantaje no termina con la pesadilla. De ahí que la ONG recomiende «no pagar, denunciar y retirar las imágenes del móvil» que puedan ser comprometidas. Y es que también se ha dado el caso del uso de «malware» para infectar los dispositivos y capturar archivos.

Alarcón opina que no se puede «reprimir» a la gente para que deje de usar las redes sociales, «que son maravillosas». Sin embargo, también es verdad «que debe formarse a los jóvenes para que no confíen, porque se exponen a riesgos para los que no están formados».

«Nos hemos acostumbrado a hacer casi todo mediante el móvil. Y los usuarios más jóvenes pueden bajar la guardia: ahora han ampliado su horizonte, y ya no sólo utilizan los dispositivos para contactar con sus amistades», explica Flores.

Alguna de estas apps de citas ya ha despertado el interés de los menores. De hecho, se permite ingresar a partir de los 13 años, si bien es verdad que, teóricamente, los adultos tienen prohibido el contacto con menores. En este sentido, la Comisión Europea debatió recientemente una propuesta de elevar la edad mínima de ingreso en la redes sociales a los 16 años, pero no acabó fructificando. Así, cada país decidirá el límite. En España, la edad mínima es de 14 años pero, los internautas están siendo aún más precoces: entre los 4 y 14 años hay más de 1,5 millones de usuarios únicos al mes y 260.000 visitantes diarios, según cifras de IAB Spain. En un informe reciente, la ONG Acción contra la Pornografía Infantil y la Asociación Protégeles reflejaba algunos datos preocupantes: un 44% de los menores que navega habitualmente se ha sentido acosado sexualmente en al menos una ocasión; un 16% ha facilitado su dirección a través de internet y un 14,5% ha concertado citas con desconocidos.

Desde 2013, las aplicaciones de citas han crecido de forma exponencial también en nuestro país, de forma que ya son cientos de miles los usuarios registrados. «La tecnología estaba ahí, y las ansias por contactar del ser humano son antiquísimas: Facebook se ha destinado a la amistad, Meetic para ligar... Era cuestión de tiempo que llegara una app destinada únicamente al sexo», explica el sexólogo Esteban Cañamares.

De hecho, si se piensa bien, no hay tantas diferencias con técnicas más «tradicionales». «Antes conocías a alguien, hablabas del tiempo, a qué te dedicas... Hace menos de 30 años podían leerse anuncios por palabras en revistas de segunda mano, del tipo ‘‘hombre soltero busca...’’. Es algo que ha sucedido toda la vida. Sólo ha cambiado a nivel técnico: basta con abrir una pestaña. Me parece positivo, ahorras tiempo, tú eliges y tus contactos también». Por eso, no cree que deba cundir la alarma por casos como los relatados. «Es como todas las herramientas. Un teléfono sirve para enviar un abrazo, pero también para informar de una amenaza de bomba. Siempre va a haber una minoría de depravados que se ‘‘cuele’’».