Galicia
Vivir el paisaje atlántico desde un faro
En Baiona (Pontevedra) se ha conseguido sacar adelante un proyecto ejemplo para otras construcciones costeras
Los 191 faros españoles nunca deben morir. Forman parte de nuestra historia con el mar y un referente histórico y geográfico distribuido por las costas. Una forma de asegurar su permanencia, cuando algunos han dejado de ser utilizados para su fin original, es proceder a su rehabilitación para distintos fines. Es lo que ha conseguido un grupo de entusiastas de la firma Lighthouse con el Hotel Boutique Faro Silleiro en Baiona (Pontevedra).
El pasado 14 de abril se celebró la inauguración oficial por parte del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, tras la adjudicación de la Autoridad Portuaria de Vigo y del Ayuntamiento, de la concesión administrativa para la transformación y explotación de las instalaciones, que seguirán prestando sus servicios como faro. De hecho, se mantiene la impresionante escalera de caracol por la que se asciende a la torre del faro, de 16 metros de altura, que mantiene su uso y se convierte en el hilo de unión entre las plantas y la terraza exterior.
El edificio está situado sobre una parcela de 2.580 metros de superficie. Su interior ha sido habilitado con 17 habitaciones –siete de ellas reservadas para personas con movilidad reducida– todas exteriores: ocho con vistas al mar y a las islas Cíes y nueve al monte repartidas en dos plantas con un espacio exterior con terraza, servicios de gimnasio y vestuarios y una piscina con lámina de agua que viene a ser todo un balcón al Atlántico.
En su interior cuenta con una sala de hostelería destinada principalmente a la atención de los desayunos de los huéspedes del hotel y para dar soporte a diferentes eventos.
La concepción creativa de la decoración, inspirada en el legado histórico del faro, nace desde un espíritu aventurero por la singularidad del escenario, respetando la adaptación a la arquitectura original y rindiendo un homenaje tanto al mar como a la montaña.
Ocho meses antes, la misma empresa concesionaria inauguró la reconstrucción y rehabilitación como Taberna Atlántica del primitivo Faro Silleiro, a un kilómetro del hotel, que desde 1924 permanecía en abandono y estado de ruina. Se ha restaurado con una nueva cubierta de teja, apoyada sobre rastreos de madera, manteniendo los muros de carga exteriores y la figura de la cúpula que simula albergar una linterna para mantener su fisonomía estética de faro. Uno de sus atractivos es que se ha convertido en lugar imprescindible para los habitantes de la localidad para contemplar las puestas de sol.
La ubicación de ambos establecimientos, a 25 minutos del aeropuerto de Vigo y a hora y cuarto del de Oporto, y su proximidad con la zona vitivinícola del Rosal y a la desembocadura del Miño, confiere un atractivo especial para que el viajero –en muchos casos que hace el Camino de Santiago desde la vertiente portuguesa por la costa– pueda vivir una experiencia integral de turismo sostenible en un escenario natural único, en donde conviven naturaleza, paisaje, patrimonio, gastronomía y experiencias de mar y montaña únicas.
En conjunto, un elemento tractor para el turismo de la zona sur de Galicia.