Transporte aéreo

¿Volaría usted en un avión sin piloto?

Puede que los días con dos humanos a los mandos estén contados. Los últimos avances tecnológicos apuntan a la posibilidad de que una sola persona pueda dirigir una aeronave

Los controles de vuelo automáticos están a punto de cumplir cien años desde que nacieron para «liberar» al ser humano de tareas rutinarias / Juan Scaliter
Los controles de vuelo automáticos están a punto de cumplir cien años desde que nacieron para «liberar» al ser humano de tareas rutinarias / Juan Scaliterlarazon

Puede que los días con dos humanos a los mandos estén contados. Los últimos avances tecnológicos apuntan a la posibilidad de que una sola persona pueda dirigir una aeronave.

Las dos noticias saltaron a principios de semana separadas por apenas unas horas. Primero, una aeronave tenía que ser desalojada del aeropuerto de El Prat de Barcelona después de que se incendiase el móvil de un pasajero. El vídeo de la evacuación se hizo viral casi al instante. Después, un avión de la aerolínea Aeroméxico se estrellaba en Durango, al norte del país azteca, sin dejar víctimas mortales. En ambos casos estaba detrás la mano del hombre. Pero, ¿qué ocurriría si el vuelo fuese un proceso cien por cien automático? Según un estudio elaborado por UBS, una sociedad financiera suiza, prescindir de estos profesionales supondría un ahorro para las aerolíneas de hasta 30.000 millones de euros al año. Sin embargo, el mismo informe reconoce que son pocos los pasajeros dispuestos a embarcar en un avión sin un humano que lo dirija: solo un 17 por ciento.

Entre tanto, los controles de vuelo automatizados están a punto de cumplir cien años. Comenzaron a surgir en la década de 1920 y ya en la Segunda Guerra Mundial, muchos aviones tenían pilotos automáticos rudimentarios. El objetivo era «liberar» a los humanos de tareas rutinarias. A medida que la tecnología se volvió más sofisticadas, volar también se tornó más seguro; estos sistemas eran capaces de detectar problemas más rápida y eficazmente que los humanos. Eso hizo que muchas naves pasaran de tener cuatro expertos en la cabina de mando a llevar apenas dos.

Según un artículo publicado en «Airline Pilot Life» y firmado por un piloto en servicio, «el despegue es manual en todos los aviones, pero si volamos con RNAV SID –siglas de Navegación Aérea con Salidas de Instrumentos de Precisión–, que es común en la mayoría de los principales aeropuertos, se ''recomienda'' tener el piloto automático a los 180 metros de altura, por lo que estamos hablando de menos de un minuto de tiempo de vuelo. Ahora bien, aunque no es obligatorio que esté operativo, si la empresa lo recomienda no lo hacemos y algo sale mal, las consecuencias pueden ser muy graves».

Las características del piloto automático varían según el tipo de avión y la línea aérea; algunos incluso pueden aterrizar bajo condiciones límite. Southwest utiliza una tecnología que ayuda a los pilotos durante cada parte del vuelo, incluido el descenso. En el sistema reciben información de todos los instrumentos y el piloto automático se adapta a condiciones de poca visibilidad, vientos, diferentes presiones y se ajusta a ellas. De acuerdo con John Schmidt, director global de la división aeroespacial de la empresa Accenture, «cada vez que un 787 inicia un vuelo genera un terabyte (que equivale a unas 130.000 fotografías digitales) de datos. Actualmente apenas usamos una fracción de ellos. Solo los motores evalúan unos 5.000 parámetros». Además, añade que la mayoría de las empresas «están empezando a utilizar software de inteligencia artificial para interpretar mejor esos datos, lo que conducirá a mejores prácticas de mantenimiento y a un uso más eficiente de los equipos».

Los expertos están de acuerdo en que la automatización tiene múltiples beneficios para una aerolínea. Los pilotos automáticos hacen que el combustible sea más eficiente; al adaptarse a las condiciones imperantes, los ordenadores no se cansan, ni tienen un mal día, ni dejan de prestar atención. Son mucho más baratos de mantener y más fáciles de entrenar que los pilotos humanos, pero hasta cierto punto.

Porque... ¿quién escribe el software para los pilotos automáticos? Los seres humanos. Y no somos infalibles. Sin embargo, la Agencia Federal de Aviación (FAA) también requiere que, en una emergencia, los aviones sean capaces de volar con un solo piloto. Por contra, hay casos en los que las máquinas carecen de la creatividad, originalidad o imaginación propia de los humanos, que pueden ver una solución que no está en los manuales, pero que salva vidas.

Para John Deaton, un ex piloto de la marina estadounidense y director del programa de Factores Humanos en el Colegio de Aeronáutica del Instituto de Tecnología de la Florida, el problema no es el piloto automático o humano: «Creo que eventualmente llegaremos a tener un solo piloto en la cabina. La realidad es que los aviones ya tienen la tecnología para volar ellos mismos sin un ser humano detrás de los controles. El problema nunca ha sido si es posible automatizar un avión para que vuele en modo autónomo, la pregunta es si llevaríamos a clientes en una nave así».

El avión Centauro de Aurora Flight Sciences opera con un sistema de inteligencia artificial que le permite volar con un piloto que actúa en casos de emergencia. Su software de vuelo logró aterrizar un Boeing 737-800 en un simulador. «Es algo que podría ocurrir en el futuro, pero en uno lejano – explica Michael Wiggins, director del Departamento de Ciencias Aeronáuticas de Universidad de Florida–. En este momento, cualquier progreso hacia esa posibilidad debe hacerse muy lentamente, y solo después de una gran cantidad de investigaciones con resultados que sugieran que deberíamos ir por ese camino».

Empresas como Boeing y Airbus están investigando esta posibilidad, que reduciría notablemente los precios de los pasajes aéreos y también evitaría huelgas. Pero aunque la tecnología existe y esto sea posible ya mismo, no es algo que ocurrirá, quizás hasta dentro de mucho tiempo. Del mismo modo que los tripulantes de cabina no están a bordo para traernos una bebida, servir comida caliente o alcanzarnos una almohada, sino para asegurarse que todas las medidas de seguridad se cumplen y reaccionar en caso de emergencia. Los pilotos humanos tienen y tendrán el mismo propósito: garantizar la seguridad en los momentos más complicados y en las circunstancias más inesperadas.