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Y Aniceto «silenció» a su víctima

Remata a su pareja ingresada en el hospital por una paliza anterior. Tras salir de la UCI, él temía que le acusara. La jueza no adoptó medidas pese a que lo pidió la Guardia Civil

Amigas de la mujer asesinada en Orense, se abrazan durante la concentración en señal de repulsa
Amigas de la mujer asesinada en Orense, se abrazan durante la concentración en señal de repulsalarazon

Remata a su pareja ingresada en el hospital por una paliza anterior. Tras salir de la UCI, él temía que le acusara. La jueza no adoptó medidas pese a que lo pidió la Guardia Civil

María Isabel Fuentes Fernández acababa de salir recientemente de la UCI cuando Aniceto Rodríguez Caneiro, su pareja desde hacía unos 15 años aproximadamente, le asestó presuntamente varias cuchilladas hasta acabar con su vida. Los hechos tuvieron lugar a primera hora de ayer en el Complejo Hospitalario Universitario de Orense, donde la mujer de 66 años permanecía ingresada desde el pasado 3 de abril por una agresión anterior en la localidad de Pazos-Verín, donde residían. María Isabel había salido de la UCI el pasado 29 de abril, por lo que todo apuntaba a su cercana recuperación de la grave lesión cerebral que tenía.

No iba a ser así, Aniceto no estaba dispuesto a que María Isabel saliera viva del hospital. No fue una acción en caliente. Aniceto, de 76 años, calculó fríamente cómo podía «callarla», hasta rematarla. Una de las hipótesis que tienen mayor peso sería evitar que ella pudiera prestar declaración sobre lo que le llevó el pasado mes de abril a la UCI. Un supuesto robo en el que sólo ella había sido brutalmente agredida. Este simulacro de robo también fue presuntamente premeditado por Aniceto, que a raíz de otros robos en Verín, podría haber querido acabar con la vida de su pareja (no mujer) creyendo tener la excusa perfectal.

Pero la Guardia Civil que llevaba el caso –la investigación estaba en ciernes– dudaba y mucho de la versión de Aniceto. Una de las pistas fue «cómo había forzado la cerradura», tal y como explicaron fuentes de la investigación a este periódico.

Ante el mal estado en el que se encontraba la mujer, la Guardia Civil no pudo tomarle declaración, aseguraron. Sí que preguntaron a sus familiares y ninguno de ellos afirmó que pudiera deberse a violencia de género, añaden fuentes cercanas a la investigación. De hecho, a la Guardia Civil de Orense «no les consta que la mujer hubiera presentado denuncias previas», aseguraron.

Más de una vez en el hospital

Aun así, los agentes seguían sospechando de Aniceto, por lo que, aunque la investigación no estaba cerrada, insistieron a la jueza de Instrucción número 1 de Verín que lleva el caso de que aplicara determinadas medidas. «La Guardia Civil pidió a la jueza que no se dejase salir a María Isabel de la UCI porque allí estaba más controlada. La petición fue denegada. También le pidieron intervenir telefónicamente al marido y también les fue denegado», tal y como aseguraron a LA RAZÓN fuentes próximas a la investigación, que recordaron que la Guardia Civil no puede pedir una orden de alejamiento, ya que eso sólo lo puede hacer el juez, el fiscal y los familiares.

Este periódico trató de ponerse en contacto con el citado juzgado y lo único que afirmaron es que «no iban a hacer ninguna declaración al respecto».

Pero hay una cosa clara: si se hubieran aprobado medidas cautelares como poner a un agente en la puerta de la habitación de María Isabel quizá no hubiera ocurrido esta tragedia. Y ése es el problema.

Por cierto, que «Aniceto durmió varias noches en el hospital», aseguraron fuentes próximas a la investigación. De modo que pudo comprobar de primera mano cómo se encontraba su pareja y si recordaba o no algo de la agresión previa.

En cuanto a Aniceto, éste tras acuchillar a su pareja se autolesionó con el mismo cuchillo, por lo que ha sido necesario intervenirle quirúrgicamente y ayer su pronóstico era de gravedad.

María Isabel es la primera víctima mortal por violencia de género en Galicia en lo que va de año y la undécima del conjunto del país, según informó la Delegación del Gobierno en Galicia, a la que tampoco le constaba que hubiera presentado denuncias previas por este motivo.

Los vecinos no salían ayer de su asombro. La noticia les cayó como un jarro de agua fría, empezando por el alcalde del Concello de Riós, Francisco Armando Veiga Romero: ««Hoy es un día muy triste. Ambos son personas conocidas de la comarca, trabajadores. Apreciábamos a los dos, la noticia ha sido como un jarro de agua fría para todos», afirmó el alcalde.

María Isabel y Aniceto no estaban casados, pero llevaban juntos 15 años por lo menos, según los vecinos. Él tuvo hace años un restaurante, recuerdan en su pueblo natal. «Conozco a Aniceto desde pequeño. No me esperaba eso de él. Era cazador, y una persona aparentemente normal», relata un vecino. María Dolores, otra vecina, asegura que «Aniceto paseaba mucho por aquí –As Ferreiras, su pueblo natal–. Me parecía bueno. No sé lo que pasó. Es una desgracia, ya una no sabe qué pensar o de quién fiarse».

El pleno del Ayuntamiento de Orense guardó ayer con los ediles en pie un minuto de silencio contra la violencia machista. Desde el Ministerio de Sanidad, el ministro condenó este caso de violencia de género.

Pero desde la Asociación gallega Ve-la luz, su presidenta, Gloria Vázquez, pidió que en vez de hacerse la foto pusieran remedio a la situación. «En 2006 hubo 1.123 órdenes de alejamiento en Galicia y sólo se aprobaron 816 en 2014. El número de órdenes bajan y en cambio el número de peticiones aumenta, ya que en 2006 hubo 1.397 y en 2014, 1.490. No conozco ni un caso de una mujer que tras denunciar no quiera orden de alejamiento», denunció.

El detalle

El descubridor del meteorito»

- Aniceto Rodríguez fue entrevistado en 2002 por «La Voz de Galicia» por encontrar en una finca de su propiedad, próxima al restaurante que tenía, un objeto no identificado. Era una «cosa negra», con irisaciones azules y manchas marrones, que pesaba 12,5 kilos. Han transcurrido trece años desde entonces, y de «la cosa negra» que encontró nunca se volvió a escribir nada. De hecho, desde la Asociación Astronómica de Orense ayer reconocieron a este periódico que continuaban sin saber qué era ni que pasó realmente tras este raro hallazgo.