Chaplin, oro e industria
«Nunca rendirse, mirar al mundo con inocencia desafiante y esperanzada, incluso en los malos tiempos: ese y no otro es el evangelio chapliniano de siempre y para siempre»
«Nunca rendirse, mirar al mundo con inocencia desafiante y esperanzada, incluso en los malos tiempos: ese y no otro es el evangelio chapliniano de siempre y para siempre»