A ver, ¿qué corrupción queremos?
Y si no es posible elegir qué corrupción nos place más, siempre podremos visitar “El asador Guadalmina”, y miccionar sobre los corruptos de la última hornada
Y si no es posible elegir qué corrupción nos place más, siempre podremos visitar “El asador Guadalmina”, y miccionar sobre los corruptos de la última hornada