«En mi discurso todos los sólo llevan su acento»
Una entrevista, un cuestionario, varias preguntas después, Soledad Puértolas vive inmersa en un tráfago que no le da tregua. «Bienvenido sea», dice. A muy pocas horas de entrar en la Real Academia Española, confiesa sentirse «más tranquila que antes. Además, ya no hay vuelta a atrás posible. Es algo con lo que no contaba y que no se me había ocurrido pensar», asegura.