El infierno conyugal de Stalin, el zar rojo
El dictador disfrutaba contando chistes obscenos a sus invitados motivado incluso por el disgusto que esa conducta producía a su mujer; quería demostrar quién mandaba
El dictador disfrutaba contando chistes obscenos a sus invitados motivado incluso por el disgusto que esa conducta producía a su mujer; quería demostrar quién mandaba