Silencio absoluto se rueda
Testigos, juristas, científicos, periodistas y curiosos se citaron ayer a las puertas del Castillo de Béthusy, domicilio del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) en Lausana, donde a las doce de la mañana iba a comenzar la primera de las cuatro audiencias que determinarán si Alberto Contador es inocente de dopaje, como él garantiza, o si los 50 picogramos de clembuterol que aparecieron el 21 de julio en su orina tras un control antidopaje del Tour provienen de una autotransfusión sanguínea, como suponen la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).