La polaca que flipa con los vivas a Franco

Con la vuelta del Festival de Otoño a, precisamente, otoño (hasta el año pasado se extendía hasta primavera-verano) se ha recuperado el desenfreno de estrenos. Ese ambiente a fiesta de las gordas, de esas en las que en cada rincón de la casa pasa algo que se contará al día siguiente. Quince días de teatro en los que es imposible verlo todo por una cuestión físico-temporal, pero en los que existen múltiples opciones ante las que detenerse. Como sugerencia, una visita internacional que merece la pena (sin menospreciar al resto de ponentes), la de la discípula de Kristian Lupa, Maja Kleczewska (1973).

Escoltada por Lukasz Chotkowski, su mano derecha y dramaturgo de la pieza que presenta en Canal, «Under the Influence» (herencia directa de “Una mujer bajo la influencia», 1974, de John Cassavetes), la polaca se presenta en sociedad: «Mi obra trata sobre la locura y, por eso, me pregunto si la sociedad europea de hoy está loca cuando veo una imagen así», dice mientras desenfunda el móvil del bolsillo y muestra una fotografía actual en la que se ve a un grupo de camisas azules con el brazo en alto. Ella no tiene la respuesta a su propia cuestión y, por ello, indaga con este montaje sobre «los límites dentro de cada ser humano y en la relación con los demás».

Kleczewska y Chotkowski son dos personajes que se desconciertan tanto por las palabras del primer ministro polaco en las que se llama a combatir la ideología LGTB como por los «vivas a Franco», dicen, y por una marcha anti racista en Madrid (a la que asistieron) en la que se gritó «Israel asesinos», «así es el antisemitismo contemporáneo de izquierdas», sentencian de un conflicto «muy difícil de entender, por eso se gritan esas cosas». «Es como si los europeos, que estuvimos callados durante el Holocausto, quisiéramos quitarnos la culpa», cierra el dramaturgo.

Pero «Under the Influence» es, sobre todo, la historia de Mabel (Sandra Korzeniak), una ama de casa que trata de aceptar su situación, aunque no encuentre la reciprocidad esperada cuando se abre a su marido. Punto de inflexión que terminará con la mujer al borde de esa locura que ha llamado la atención de la compañía de Silesian Theatre y con una persona de «gran sensibilidad», definen, metida en un hospital psiquiátrico. «¿Podemos hacer algo así con cada ser que no esté dentro de la norma?», se preguntan. «Es como si quisiéramos liquidar al diferente».

Y más allá de la psique, la pieza (que ocupará la Verde de Canal los días 20 y 21 de noviembre) también aborda a esa mujer incomprendida y menospreciada por su marido. Una falta de empatía que Kleczewska ha sentido «constantemente», ríe irónicamente, y que encuentra en el feminismo de hoy: «La relación de esta pareja no es más de lo que ha ocurrido durante años entre hombres y mujeres. Yo soy muy pesimista con todo este movimiento. Me temo que dentro de cien años tendrán que aparecer otras sufragistas porque las cosas que se dicen en las manifestaciones y los medios son palabras que no se trasladan a la realidad. Los hombres no quieren ceder su poder, que, al igual que el dinero, es muy difícil de dejar».

Son las reflexiones que Maja Kleczewska exprime de esa cinta de John Cassavetes que no logró entender cuando la vio siendo una veinteañera. «Sabía que había algo que antes o después de revelaría». Y así fue.