Controversia
Elon Musk, creador de SpaceX, adivinó el final del trabajo: "En el futuro no hará falta ningún trabajo, la IA podrá hacerlo todo"
El dueño de X lanzó una afirmación rotunda sugiriendo que la necesidad de trabajar podría convertirse en algo opcional
Durante una conversación en el salón de Lancaster House con el anterior primer ministro británico Rishi Sunak hace dos años, Elon Musk lanzaba una afirmación rotunda: anticipó un mundo en el que “no hará falta ningún trabajo, la IA podrá hacerlo todo”, sugiriendo que la necesidad de trabajar podría convertirse en algo opcional.
Al preguntarle sobre el futuro del empleo humano, Musk señaló: "Llegará un punto en el futuro en que no hará falta ningún trabajo. Podrás tener un trabajo si quieres tenerlo por satisfacciónpersonal", añadió. "Pero la inteligencia artificial podrá hacerlo todo. No sé si eso hace que la gente se sienta cómoda o incómoda". Con palabras tan directas, el magnate no solo hablaba de automatización incremental, sino de un cambio profundo en la función del trabajo humano.
Musk situaba esta visión en un momento de disrupción tecnológica total, donde la IA generativa, los robots y los sistemas autónomos transforman no solo las tareas manuales o repetitivas, sino también el tejido laboral tradicional.
Hacia un mundo donde la IA lo hace todo
En esa misma intervención, Musk se mostró sorprendentemente a favor de imponer límites. “Cuando la seguridad está en juego, es positivo que los gobiernos intervengan”, le dijo a Sunak. Añadió que la experiencia ha demostrado que “contar con un árbitro es beneficioso”, y que esa debería ser precisamente la función de los gobiernos: actuar como ese árbitro que supervise el desarrollo de la IA.
La propuesta pasa por crear indicadores comunes (del mismo modo que ocurre con las políticas contra el cambio climático) que permitan evaluar y certificar la seguridad de las aplicaciones más sensibles de esta tecnología, especialmente aquellas relacionadas con armamento y otros usos militares.
Los gobiernos también se han comprometido a regular esta tecnología, pero con un enfoque flexible: las normas podrán funcionar como requisitos obligatorios o simplemente como recomendaciones, dependiendo del contexto de cada país.
Musk, que entonces advertía del riesgo existencial de esta tecnología, insistía en que la IA podía suponer una amenaza real para la sociedad e incluso para la propia existencia humana. "Existe un problema de seguridad, especialmente con los robots humanoides; al menos un coche no puede perseguirte hasta un edificio o hasta la copa de un árbol", afirmaba.
Sin embargo, esa preocupación ha quedado atrás: hoy, Musk es uno de los mayores defensores (y promotores) de la inteligencia artificial y de todo lo que deriva de ella, demostrando que el verdadero desafío no será lo que pueda hacer la IA, sino lo que los humanos permitamos que haga.