
Teletrabajo
Los empleados quieren teletrabajar y los recursos humanos de las empresas empiezan a sentir miedo: "Estamos presenciando una reacción negativa a la vuelta a las oficinas"
Mientras las grandes empresas intentan imponer el regreso total a las oficinas, la resistencia crece y los departamentos de recursos humanos empiezan a sentir que controlar la presencia ya no es tan sencillo

Antes del estallido del COVID-19 hacia finales del 2019 e inicios del 2020, el teletrabajo era un algo de lo muy pocos disfrutaban, al punto de ser una opción casi marginal, tal vez, para la mayoría de las empresas. Sin embargo, después de iniciar la adoptación de las medidas de contención para frenar la pandemia, ya en curso, millones de empleados tuvieron que trasladar sus oficinas a casa, adoptando nuevas rutinas y herramientas digitales para mantener la productividad desde la distancia.
De esta manera, lo que en principio se planteó como una medida temporal terminó transformando la relación de los trabajadores con su entorno laboral, puesto que muchos descubrieron ventajas como ahorro de tiempo en desplazamientos, mayor flexibilidad para conciliar vida personal y profesional, la posibilidad de organizar su jornada según sus necesidades, entre otros.
Ahora, después de años de teletrabajo, principalmente impuestos por la pandemia, muchas empresas han querido ahora revertir la dinámica y traer a sus empleados de vuelta a la oficina, sin embargo, la resistencia ha sido tal que incluso se han generado leyes para regular casos en los que se incumplan acuerdos de teletrabajo. Grandes compañías como Amazon, Google, Meta, Microsoft, Dell o AT&T han implementado semanas laborales de cinco días presenciales.
Por otro lado, otras empresas como JP Morgan o The Washington Post han eliminado modelo híbridos para "volver a la normalidad". Por su parte, los trabajadores no están dispuestos a ceder la autonomía que adquirieron durante el trabajo remoto, ya que si bien las jornadas presenciales obligatorias aumentaron un 12%, la asistencia real se limita al 3%, de acuerdo con datos publicados por FlexJobs.
Adiós a la flexibilidad, hola al control, pero con incentivos
Aparentemente, el regreso total responde a la búsqueda de eficiencia, control de costes y reconstrucción de la cultura corporativa que probablemente esconde una tensión más profunda: el control sobre el tiempo y autonomía de los empleados. Entre ellos, por ejemplo, Elon Musk, quien ha calificado el teletrabajo de "indisciplina moderna".
Mientras consultores como Adar Aqua sostienen que los trabajadores se han acostumbrado a decidir desde dónde trabajan y no están dispuestos a ceder ese poder. La situación es tal que las encuestas lo revelan: el 83% de los trabajadores tecnológicos prefieren modelos híbridos y el 71% de la fuerza laboral general piensa que es la mejor opción para mantenerse productivo sin renunciar a la calidad de vida.
Por su parte, la compañías han adoptado estrategias que can desde incentivos y experiencias en la oficina hasta sistemas de vigilancia y penalización, lo que puede ser contraproducente al generar desconfianza, desmotivación y fuga de talento, como advierten algunos expertos y consultores, como Aqua, quien afirma que "cuando se impone el 'vuelvan o se van', lo que se rompe no es la disciplina, sino la confianza".
Al final, las empresas tienen el sartén por el mango, en términos legales, debido a que el teletrabajo no es un derecho a menos que lo ponga en el contrato. A pesar de ello, los abogados insisten en que las políticas rígidas inevitablemente derivarían en conflictos legales, al igual que los departamentos de recursos humanos que desde ya empiezan a sentir que obligar al talento a regresar por decreto puede ser contraproducente.
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