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Ciencia

Un estudio aclara la función evolutiva de la conciencia y demuestra que puede surgir con cerebros muy distintos

Lo científicos continúan trabajando en responder una de las grandes preguntas de la biología, para qué sirve la conciencia

Efectos cuánticos en el cerebro podrían explicar la conciencia humana La RazónLa Razón

La conciencia es uno de los grandes enigmas de la ciencia, e incluso de otras áreas de conocimiento que la exploran desde sus propias vertientes. Esta vez, investigadores de la Universidad del Ruhr en Bochum han explorado por qué evolucionó y qué función cumple en diferentes especies, comparando humanos y aves. De acuerdo con sus estudios, aunque los cerebros sean muy distintos, la conciencia cumple tareas similares: percibir el entorno, procesar información y desarrollar autoconciencia.

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De acuerdo con lo publicado en SciTechDaily, a raíz de la investigación, los científicos destacan que no se necesita un cerebro humano para experimentar percepción consciente, puesto que incluso animales con estructuras cerebrales muy distintas, como los pájaros, pueden tener experiencias conscientes y autoconciencia básica, lo que abre nuevas perspectivas sobre la evolución de la mente y la percepción.

Según los investigadores, la conciencia cumple varias funciones clave: primero, permite percibir estímulos y reaccionar ante ellos, como sentir dolor o placer, lo que favorece la supervivencia. Después, posibilita enfocar la atención en elementos relevantes dentro de un entorno complejo, ayudando a resolver problemas y tomar decisiones. Y, finalmente, la conciencia reflexiva permite evaluarnos a nosotros mismos, planificar y coordinar acciones con otros.

Adicionalmente, los estudios con aves muestran que la conciencia puede surgir de arquitecturas neuronales diferentes a la humana. Los cuervos y las palomas, por ejemplo, procesan estímulos de forma subjetiva y algunas especies distinguen entre su reflejo y otros individuos, lo cual demuestra que la conciencia es un fenómeno evolutivo flexible, capaz de adaptarse a distintos cerebros y formas de vida.

Cómo las aves ayudan a entender la conciencia humana

En dichos estudios, los investigadores identificaron tres niveles de conciencia, donde la primera es la excitación básica, que alerta al organismo ante peligros y activa respuestas de supervivencia; la segunda es la alerta general, que permite concentrarse en información relevante dentro de un flujo de datos complejo; y la tercera es la autoconciencia reflexiva, que integra percepción del propio cuerpo, pensamiento y planificación de acciones futuras.

En aves, estas funciones se cumplen mediante estructuras cerebrales diferentes, como el NCL, equivalente funcional a la corteza prefrontal de los mamífero, lo que confirma que la evolución puede crear conciencia sin necesidad de un cerebro humano, adaptando la función a la arquitectura disponible en cada especie.

Estos hallazgos muestran que la conciencia es más antigua y extendida de lo que se creía, y que aves y humanos pueden tener diferentes cerebros, pero lograr experiencias conscientes con funciones similares. Igualmente, la investigación no solo profundiza en la neurociencia de la conciencia, sino que también explica su propósito evolutivo: ayudarnos a interactuar con el mundo, tomar decisiones y coordinarnos socialmente.