
Sentencia a OpenAI
Giro de 180 grados en la inteligencia artificial: obligan a ChatGPT a cambiar su modelo de entrenamiento tras sentencia histórica
Los tribunales alemanes dictaminaron que OpenAI violó las leyes de derechos de autor al usar información protegida para entrenar sus modelos, lo que resutaría por redefinir el desarrollo de la IA generativa

Recientemente, un tribunal de Múnich, en Alemania, ha marcado un momento significativo en el creciente escrutinio legal que ronda las prácticas de entrenamiento de la IA generativa, cuando la corte alemana determinó que OpenAI violó la legislación de derechos de autor del país al utilizar música popular sin autorización durante el entrenamiento de sus modelos.
La demanda fue presentada por GEMA, la principal sociedad alemana de gestión de derechos musicales, en noviembre del año anterior y no solo concluyó con un fallo farovable a la entidad, sino que ha determinado que la empesa estadounidense deberá pagar una sanción económica, cuyo monto aún se desconoce, y además la obliga a revisar sus métodos de recopilación y uso de contenido protegido para ajustarse a la normativa de propiedad intelectual vigente.
Se trata de la primera resolución judicial de este tipo en Europa, y si bien OpenAI manifestó su desacuerdo y evalúa posibles apelaciones, la compañía sostiene que el caso implica "un conjunto limitado de letras" y que el funcionamiento general de su chatbot para usuarios y empresas alemanas no se verá afectado.
OpenAI tiene antecedentes fuera de Europa
El fallo se inscribe en una tendencia jurídica más amplia que atraviesa el sector tecnológico por fuera de Europa, como ha sucedido con los casos de los litigios sostenidos por The New York Times, The Intercept y Ziff Davis contra OpenAI por presuntas infracciones similares en relación con el uso de obras protegidas en el entrenamiento de modelos de IA.
Por otro lado, un caso similar se presentó con la compañía Anthropic, creadora del chatbot Claude, cerró recientemente un acuerdo de 1.500 millones de dólares con un grupo de autores que denunciaron el uso no autorizado de sus libros. Según los documentos del juicio, la compañía habría descargado más de 7 millones de libros digitalizados de sitios web de "bibliotecas pirata" como Pirate Library Mirror.
El precedente: nuevas reglas para la innovación tecnológica
GEMA ha recibido la sentencia con júbilo al tratarse de "el primer fallo histórico sobre la IA en Europa", pues la organización considera que reafirma la vigencia del derecho de autor en pleno apogeo de las herramientas digitales. Su director ejecutivo, además, lo ha celebrado recordando que "internet no es una tienda de autoservicio y los logros creativos humanos no son plantillas gratuitas".
La sentencia, entonces, implica consecuencias inmediatas para OpenAI y anticipa los retos que habrá de enfrentar toda la industria en adelante. De momento, a la compañía le corresponde una multa y la revisión y ajuste de su prácticas de entrenamiento para garantizar los derechos de autor, lo que podría generar el fortalecimiento de sus sistemas de filtrado, pero también la adquisición de licencias especiales o, en su defecto, la reducción de determinadas fuentes de datos.
Asimismo, otras empresas del sector habrían de tomar el fallo como advertencia en relación con el uso indiscriminado de contenido creativo, pues al sentar un precedente podría desencadenar más demandas, impulsar regulaciones más estrictas y encarecer el desarrollo de modelos avanzados debido a la necesidad (e incluso obligatoriedad) de utilizar bases de datos legales y trazables.
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