Implante cerebral

El nuevo chip cerebral que escribe lo que estás pensando: la gran esperanza para personas que han perdido el habla

Un dispositivo experimental convierte la voz interior en lenguaje real

Los discursos internos se pronunciarán en voz alta con este implante
Los discursos internos se pronunciarán en voz alta con este implanteJim Gensheimer/Stanford Medicine

Escribir sin mover un músculo ya no es ciencia ficción. Investigadores de la Universidad de Stanford han desarrollado un implante cerebral capaz de decodificar el habla interna y convertirla en frases comprensibles con una precisión de hasta el 74 %.

Este avance abre una ventana de esperanza para personas que, debido a enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o a un ictus, han perdido la capacidad de comunicarse verbalmente. Aunque todavía se encuentra en fase experimental, los primeros ensayos apuntan a que se trata de un paso decisivo hacia nuevas formas de comunicación.

Un lápiz cerebral que, además, puede silenciar los pensamientos privados

Tal y como se recoge en la revista Cell, el dispositivo se basa en una interfaz cerebro-computadora (BCI) que traduce la actividad neuronal en tiempo real. Para lograrlo, los investigadores implantaron microelectrodos en el área del córtex motor vinculada con la producción del habla. Esa región es la que, en condiciones normales, coordina los movimientos de labios, lengua y cuerdas vocales cuando se quiere hablar.

En el ensayo participaron cuatro personas con parálisis severa. A cada una se le pidió que pensara en fonemas y palabras mientras el sistema registraba la actividad eléctrica de sus neuronas. Posteriormente, un modelo de aprendizaje automático se entrenó para identificar patrones específicos y reconstruir frases a partir de esa “voz interior”.

En las mejores pruebas, el sistema alcanzó un 74 % de precisión en los mejores resultados al traducir pensamientos en texto. Aunque esa cifra no garantiza una comunicación perfecta, sí demuestra que el cerebro genera señales distinguibles incluso cuando se trata de habla interna y no de un intento físico de pronunciar palabras.

Los científicos también se enfrentaron al reto de evitar que el dispositivo lea pensamientos involuntarios. Para ello diseñaron una especie de “contraseña mental”. Solo cuando el usuario piensa una frase clave, como "yipi yupi yapi equilicua" el sistema comienza a registrar y decodificar la actividad neuronal, lo que protege la privacidad del monólogo interno.

Más allá de la cifra de precisión, lo relevante es que este trabajo demuestra que es posible decodificar pensamientos silenciosos y no únicamente palabras que la persona intenta articular. Hasta ahora, la mayoría de las interfaces cerebrales dependían de señales motoras claras asociadas con el habla, algo que limitaba su utilidad en pacientes con parálisis completa.

Por ahora, se trata de un proyecto experimental que aún debe superar desafíos técnicos, aumentar la precisión y garantizar la seguridad a largo plazo de los implantes. Sin embargo, resulta prometedor tanto para aquellas personas que no pueden articular palabras como para interactuar con ordenadores simplemente con la mente.