
Barrera anti-estafas
Todos los meses me intentan estafar, por ello te recomiendo usar contraseñas familiares
Si bien no resultan un muro insuperable, sí complican las cosas al ciberdelincuente que te haya fijado como objetivo

No hay mes en el que a mis padres no les llegue un mensaje de WhatsApp de alguien que afirma ser yo, no poder llamar desde mi móvil, estar en una situación complicada y necesitar una transferencia bancaria a una cuenta que, sorpresa, no es la mía.
Cada vez hay más ciberestafas, y cada vez son más refinadas; de hecho, la mencionada en el anterior párrafo, conocida como "la estafa del hijo en apuros" es relativamente básica (pero sigue funcionando). Por ello, te recomiendo que tengas una contraseña familiar. Puede marcar la diferencia entre otra anécdota más sobre "el otro día me intentaron estafar" o perder mucho, demasiado, dinero.
Estafas hasta en la sopa
Posiblemente, jamás en la historia de la humanidad hayamos estado expuestos a tantas estafas. Solo hace falta abrir la bandeja de entrada de los SMS para comprobarlo: envíos de paquetes confiscados en la aduana a menos que pagues las tasas, empleos en los que cobrarás 180 euros al día por 4 horas de trabajo (si existe eso de verdad, decídmelo) y hasta chantajes falsos con no sequé video privado mío.

Sin embargo, las estafas no se quedan en la bandeja de entrada de SMS. Es más, esas las tenemos tan localizadas que ya no es tan "sencillo" caer. El problema es que también se encuentran en WhatsApp, redes sociales o cualquier plataforma de mensajería.
Resulta muy típico que los ciberdelincuentes se hagan pasar por familiares para asustar a sus víctimas y robarles dinero. Por ejemplo, la anteriormente mencionada estafa del hijo en apuros es todo un clásico, en la que whatsapean a una persona afirmando que son su hijo, pero que, ni pueden hablar ni escribirle por su número habitual por un problema (vaya casualidad las dos cosas), y necesitan dinero urgentemente a ese nuevo número.
No contentos con ello, en 2025 todo se complica, porque con la IA es bastante sencillo clonar la voz de una persona para que parezca que está diciendo algo que jamás ha dicho o diría. Las estafas con inteligencia artificial están a la orden del día.
Así puedes usar las contraseñas familiares
¿Mi solución a todo lo anterior? Las contraseñas familiares. Las contraseñas familiares son aquellas palabras que podemos acordar con nuestra familia, aunque también con cualquier persona, como amigos o compañeros de una empresa, y que solo sepamos nosotros. Su gracia es que sean algo que resulten imposible de saber por alguien fuera de la relación o círculo de confianza, como diría Robert De Niro en Los padres de ella.
Un ejemplo práctico: un ciberdelincuente clona mi voz y le manda un mensaje a mi padre para que le envíe dinero a cierta cuenta, que —salta la sorpresa en Las Gaunas— no es la mía. Es ahí donde entran en juego las contraseñas familiares: una clave, una palabra, un hecho, algo, que solo sepáis tú y esa persona, o tu familia más cercana.
Realmente, de momento no es tan común que los ciberdelincuentes clonen voces de personas, pero dale tiempo, es algo que ya ha comenzado. De hecho, cualquier persona con conocimientos no muy avanzados sobre IA puede clonar la voz de cualquier persona y se han detectado varias estafas del estilo, con clonación de voz. Lo más probable es que en los próximos años sea una constante.
Para ello se necesita una grabación de la voz de la persona, pero esto no resulta muy complicado. Basta con llamar a dicha persona y grabar la conversación. Cuanto más minutaje tenga el estafador, más precisa resultará su recreación, así que aquí viene otro consejo: si notas que una llamada telefónica es una estafa, no les des coba, cuelga, porque cada palabra que sueltes puede ser utilizada en tu contra mediante una clonación de voz.
Aclarado esto, para crear tu contraseña familiar, recurre a palabras o cosas que no cualquiera pueda saber. No hagas la típica de "¿Cómo se llamaba nuestra primera perra?", porque, si los estafadores han hecho el trabajo, y suelen hacerlo en trabajos más serios (como en los que hay clonación de voz), habrán revisado tus redes sociales para averiguar datos sencillos, como ese.
En definitiva, las contraseñas familiares no son insuperables. Tener una no te asegura sortear una ciberestafa, porque las personas que se dedican a cometer estafas suelen ser profesionales en los suyo, no alguien que ha tecleado al azar a ver quién cogía el móvil (aunque también recurran a ello). Sin embargo, sí estas contraseñas crean una barrera que puede marcar la diferencia entre un intento de estafa más o perder dinero.
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