Tecnología

¿Las apps de rastreo amenazan las libertades fundamentales? La OMS dice que sí

En su documento, reconoce que pueden ser útiles para cortar las cadenas de transmisión, pero advierten de que puede conllevar vulnerabilidad de la privacidad de los usuarios

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una guía en la que aborda las consideraciones éticas para el uso de las tecnologías de rastreo por proximidad para el rastreo de contactos de COVID-19. En su documento, reconocen que pueden ser útiles para cortar las cadenas de transmisión, pero advierten de que puede conllevar vulnerabilidad de la privacidad de los usuarios.

El rastreo de proximidad mide la fuerza de la señal para determinar si dos dispositivos (por ejemplo, los teléfonos inteligentes) estaban lo suficientemente cerca entre sí como para que sus usuarios pudieran propagar el virus de un individuo infectado a otro no infectado. Si un usuario está infectado, se puede notificar a otros que se hayan identificado como próximos a la otra persona y, de ese modo, adoptar las medidas adecuadas para reducir los riesgos para la salud de ellos mismos y de los demás. Este rastreo de proximidad suele combinarse con el rastreo de contactos, aunque el rastreo de contactos es una disciplina ya establecida de salud pública, y el rastreo de proximidad a través de aplicaciones móviles es una nueva técnica. Sin embargo, la OMS resalta que esta nueva tecnología “tiene sus limitaciones”.

“Esta tecnología no puede captar todas las situaciones en las que un usuario puede adquirir COVID-19, y no puede reemplazar el rastreo tradicional de contactos de salud pública de persona a persona, las pruebas o la divulgación que se realiza normalmente por teléfono o cara a cara. Solo pueden ser eficaces para proporcionar datos que ayuden a la respuesta cuando estén plenamente integradas en un sistema de salud pública existente y en la respuesta nacional a una pandemia. Ese sistema tendría que incluir personal de los servicios de salud, servicios de pruebas y la infraestructura de rastreo manual de contactos”, argumenta la OMS.

Teniendo en cuenta estas limitaciones, el organismo sanitario internacional considera que las autoridades sanitarias podrían utilizar herramientas de seguimiento digital por proximidad para notificar a una persona de un mayor riesgo de exposición a otra que haya dado positivo en la prueba de COVID-19. “Esa notificación a una persona que pueda haber tenido un contacto estrecho con un individuo que dé positivo en las pruebas de COVID-19 podría alentar a la primera persona a someterse pruebas (si están disponibles) o a tomar precauciones para limitar la posible transmisión, como el autoaislamiento y el distanciamiento físico, incluso antes de la aparición de cualquier síntoma”, establecen.

Sin embargo, también alertan de que esos usos de los datos “pueden amenazar los derechos humanos y las libertades fundamentales durante y después de la pandemia de COVID-19”. “La vigilancia puede atravesar rápidamente la borrosa línea entre la vigilancia de la enfermedad y la vigilancia de la población. Por consiguiente, es necesario que las leyes y mecanismos de supervisión establezcan límites estrictos al uso de las tecnologías de rastreo digital por proximidad y a toda investigación que utilice los datos generados por esas tecnologías”, determinan. Asimismo, consideran “esencial” medir la eficacia y el impacto de estas tecnologías para fomentar la confianza del público en su fiabilidad y la confianza en las entidades gubernamentales o privadas que diseñan, difunden y gestionan estas tecnologías.

“La evaluación de su eficacia y sus repercusiones también puede ayudar a determinar si la compensación de la privacidad es proporcional a las repercusiones en la salud pública logradas. Si esas tecnologías no resultan eficaces frente a COVID-19, entonces la tecnología debe eliminarse gradualmente”, señalan. Por último, la OMS establece que “las desigualdades podrían exacerbarse con el uso de estas tecnologías”. “Las aplicaciones de rastreo de proximidad digital solo benefician indirectamente a las personas que no tienen acceso a teléfonos inteligentes u otros dispositivos apropiados, y en general solo benefician a aquellos que ya se sienten cómodos con el uso teléfonos inteligentes. Depender del rastreo de proximidad digital para el rastreo de contactos, con exclusión de los enfoques tradicionales, reducirá el acceso de los marginados a los servicios esenciales poblaciones, especialmente los ancianos y las personas que viven en la pobreza”, concluyen.