Los ordenadores más antiguos del mundo que marcaron la historia

El ordenador más antiguo del mundo tiene más de 2.000 años y fue encontrado casi de casualidad. Dos buceadores despistados lo localizaron abandonado entre vasijas, estatuas y joyas en 1901. Realmente, no parecía una máquina informática como tal, pero sus engranajes de bronce y sus ruedecitas dentadas levantaron las sospechas. Se trataba del mecanismo de Anticitera, un aparato parecido a una caja de música que llamó su atención por la precisión tecnológica que presentaba. Algo que no era del todo habitual para la época en la que se construyó, ya que tan sólo encuentra un ejemplo similar en el siglo XVI. De ahí que muchos historiadores ya lo hayan calificado como la primera computadora de la historia.

Muchísimo más tarde llegaron desarrollos tan importantes como el cálculo numérico o la tarjeta perforada. Hasta que, en 1936, tuvo lugar una revolución de la mano del matemático Alan Turing, quien desarrolló el concepto de algoritmo, introdujo la idea de hypercomputación y diseñó los primeros equipos programables digitales. Estos son algunos de los casos que han marcado un antes y un después.

Pilot ACE

En los años 50, surgió una de las computadoras más punteras de la historia bajo la mirada del Laboratorio Nacional de Física (NPL, por sus siglas en inglés) de Reino Unido. Su nombre era Pilot ACE y también se convirtió en una de las primeras máquinas en almacenar programas, lo que la encumbró junto a otros diseños como el Manchester Mark 1 y el EDSAC de la misma época. El diseño es semejante al de los primeros equipos diseñados por Alan Turing. Como curiosidad, consta de 800 válvulas capaces de realizar la aritmética de punto flotante necesaria para cálculos científicos. Finalmente, se apagó en mayo de 1955 y se entregó al Museo de Ciencias de Londres, donde permanece hoy.

Harwell Dekatron

El Harwell Dekatron es uno los artificios mejor recordados por los expertos informáticos. Se puso en marcha en 1951 y, desde entonces, ostenta el título de primer artefacto digital de todos los tiempos. En su origen, fue creado para impulsar proyectos de ingeniería, desarrollos educativos o armas nucleares. Sin embargo, al poco tiempo se retiró del mercado por continuos fallos, requiriendo hasta tres años de restauración para volver a funcionar. La Wolverhampton Instrument for Teaching Computation, como también se le conocía, está compuesto por 828 válvulas y 480 relés, pesa unas 2,5 toneladas y consume la friolera de 1,5 kilovatios. Actualmente, se puede visitar en el Museo Nacional de Computación de Inglaterra (Reino Unido).

ICL 7500

ICL 7500 es el nombre de una gama de terminales y estaciones de trabajo desarrolladas por la compañía británica ICL durante la década de 1970 para su nueva serie ICL 2900. Físicamente, se parecían a las clásicas torres de PC que coparon los salones y dormitorios de buena parte de España durante los 90 y principios de los 2000, pero con la particularidad de que se colocaban en horizontal. Estaban destinados a funcionar en un entorno de oficina, con armarios de acero chapados en madera para el procesador y las unidades periféricas. No obstante, si por algo serán recordados es por ser las primeras máquinas que permitieron jugar a títulos tan icónicos como Pacman o Space invaders.

IBM 729

Sin duda, esta unidad magnética fue uno de los grandes iconos de los sistemas de almacenamiento durante las décadas de los 50 y los 60. Quizá, en parte, por su forma y tamaños similares al de una nevera. Pero también por su capacidad para guardar hasta 731 metros de cinta en carretes de 26 centímetros. Entre los aspectos más notables del IBM 729 se encuentra su mecanismo de vacío, cuyo objetivo se divide en dos: reducir los tiempos de acceso a través de una mayor aceleración y absorber cualquier aumento espontáneo en su tensión. El Museo de Historia de las Computadoras de California (Estados Unidos) mantiene trabajando una de ellas conectada a un sistema IBM 1401.

Meda 42TA

Uno de los últimos aparatos híbridos analógicos que se construyó en la antigua Checoslovaquia fue el Meda 42TA. Data de principios de la década de 1970 y su uso fue generalizado en muchos países del otro lado del Telón de Acero. Sin embargo, poco pudo hacer contra el famoso CDC 6600, el superordenador de la Control Data Corporation. Tal fue su éxito que este modelo se alzó como el rey de la computación (al menos en la época en la que se gestó) gracias a su rendimiento de hasta tres megaFLOPS. De hecho, se consideró el más veloz del mundo desde 1964 hasta 1969.