Tecnología
Así puedes cargar el móvil con tu propio cuerpo y sin necesidad de un enchufe
Este avance evitará la tentación de conectar el terminal en los puntos públicos habilitados para ello que, con el paso del tiempo, se han convertido en un foco de ‘malware’
El teléfono móvil se ha convertido en un potente aliado para trabajar, viajar o divertirse. Lo llevamos con nosotros a cualquier sitio, a cualquier hora. Basta con echar la mano al bolsillo para que nuestras necesidades sean satisfechas. Hace tiempo que el perro dejó de ser el mejor amigo del hombre para dar paso al smartphone de turno.
Los datos no engañan: España está entre los cinco países que más tiempo utilizan el teléfono móvil, con una media de dos horas y 11 minutos diarios por usuario. Demasiado tiempo para tan poca batería. Lo que vuelve imprescindible cargar el terminal cada cierto tiempo. Si estás en el trabajo o en casa, no existen ningún problema; pero si estás en un aeropuerto o en la calle, los riesgos se multiplican.
Desde hacer un par de años, es común encontrarse en los vagones del metro o en las estaciones de tren puertos USB públicos. Es cierto que éstos pueden sacar de un apuro a cualquiera. Especialmente, cuando la carga baja del 10% y el sudor frío empieza a bajar por la espalda. La tentación es evidente: enchufar el móvil con urgencia. Error. Si bien estos puntos fueron colocados con la intención de ayudar a la ciudadanía, últimamente se ha puesto el foco sobre ellos por los peligros que conllevan: ya han sido pirateados para instalar malware que roben nuestros datos personales, como números de cuenta, contraseñas o contactos.
Eso fue lo que tuvieron que pensar los investigadores de China y Estados Unidos que han desarrollado un dispositivo que convierte el calor natural del cuerpo humano en energía eléctrica. Y que, por lo tanto, evita cualquier tipo de peligro tecnológico. En concreto, se trata de un artilugio que puede portarse como anillo, pulsera o cualquier otro accesorio que necesariamente toque la piel. De esta manera, se generará la energía suficiente para recargar un smartwatch o una pulsera fitness.
“Cada vez que usas una batería, las vas agotando hasta que, al final, tienes que cambiarla. Nuestro dispositivo termoeléctrico es bueno porque los puedes llevar contigo todo el tiempo”, mantiene Jianliang Xiao, profesor asociado de ingeniería mecánica en la Universidad de Colorado (Estados Unidos), sobre este desarrollo, que se presentó en la revista Science Advances.
Basta un centímetro cuadrado de piel
Según los datos revelados, su creación puede generar aproximadamente un voltio de energía por cada centímetro cuadrado de piel. Así, un generador térmico en forma de pulsera situado en el brazo de una persona que camine a paso ligero podría llegar a producir unos cinco voltios de electricidad. “Cuando una persona corre o hace ejercicio, su cuerpo se calienta y este calor se irradia al aire fresco que le rodea. Estos aparatos están en estrecho contacto con el cuerpo humano y pueden aprovechar el calor que normalmente se disiparía en el ambiente”, sostiene el científico.
¿Cómo funciona? Gracias a una serie de chips termoeléctricos que se encuentran conectados por cables de metal líquido. De esta forma, la cantidad de energía acumulada puede aumentar tan pronto se incremente el número de paneles. “Además, siempre se pueden combinar unidades más pequeñas en otras más grandes. Es como ensamblar un montón de piezas de Lego en un diseño enorme. Se puede personalizar de muchas formas”, concluye Xiao.
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