Peligro

La estafa más peligrosa y casi imperceptible: no podrás recuperar jamás tu dinero

Se llama ‘man in the middle’ y ya existen varias víctimas en España

Estafa móvil
Estafa móvilPixabayArchivo

El planteamiento es muy sencillo: ¿qué harías si te llega un mensaje de tu jefe con el asunto: ayuda? ¿Lo abrirías? ¿No? Lo más probable es que, dada la excepcionalidad de la situación, le dediques algún tiempo. Quizá no más de un minuto, pero el mero hecho de que tu superior te pueda estar solicitando información o dinero resulta más que sugerente. Entonces, pinchas en el correo electrónico y... se desata el ciberataque.

A grandes rasgos, así es como funciona el timo del CEO, un tipo de estafa en la que se suplanta la identidad de tu jefe para acceder a los sistemas informáticos de una empresa. Aunque esto suene a ciencia ficción, la realidad es que ya existe algún que otro precedente. Por ejemplo, en 2019, un grupo de hackers consiguió robar cuatro millones de euros a la EMT de Valencia por esta vía. Y, últimamente, lo estamos viviendo cada cierto tiempo por culpa de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.

La última gran hazaña de estos delincuentes está relacionada, precisamente, con su vacuna: el grupo farmacéutico Zendal, que iba a desarrollar la suya en sus instalaciones de Galicia, ha sufrido una pérdida de nueve millones de euros también a través de está práctica.

Si por algo se caracteriza esta técnica de Business email compromise(BEC) es por la alta personalización que presentan los emails enviados. Reproducen perfectamente el tono y el tipo de relación que cada trabajador mantiene con su jefe, lo que hace que todo cobre una veracidad máxima. ¿Quién puede pensar que detrás de un mensaje de ayuda se puede esconder un timo?

Por lo tanto, requiere un control previo de la empresa. Incluso, a veces, también introducen algún programa malicioso para obtener más información al respecto. A continuación, el criminal tiene dos opciones: utilizar el correo electrónico o realizar una llamada para solicitar el desvío de ciertos fondos a una cuenta determinada que, en cuestión de minutos, sería vaciada.

Si se opta por la primera opción, cabe la posibilidad de que el trabajador se percate de que no se trata de un mail institucional, por lo que la segunda posibilidad resulta más efectiva. Es decir, ¿que harías si tu superior te llama y te pide directamente que realices una determinada operación bancaria? Lo haces al momento. Para ello, tan sólo se requiere saber el nombre del empleado y su número de teléfono.

Variantes de ‘Man in the middle’

Según Kaspersky, en el ataque MiTM más habitual, se utiliza un router WiFi para interceptar las comunicaciones del usuario. “Esto se puede realizar configurando el router malicioso para que parezca legítimo o atacando un error del mismo e interceptando la sesión del usuario. En el primero de los casos, el atancante configura su ordenador u otro dispositivo para que actúe como red WiFi, nombrándolo como si fuera una red pública (de un aeropuerto o una cafetería). Después, el usuario se conecta al router y busca páginas de banca o compras online, capturando el criminal las credenciales de la víctima para usarlas posteriormente”, aseguran. En el segundo caso, un delincuente encuentra una vulnerabilidad en la configuración del sistema de cifrado de un WiFi legítimo y la utiliza para interceptar las comunicaciones entre el usuario y el router. “Éste es el método más complejo de los dos, pero también el más efectivo; ya que el atacante tiene acceso continuo al router durante horas o días. Además, puede husmear en las sesiones de forma silenciosa sin que la víctima sea consciente de nada”.

Una variante más reciente de este tipo de ataque es el ataque man-in-the-browser. En este contexto, el ciberdelincuente usa una serie de métodos para insertar un código malicioso en el equipo de la víctima, el cual funciona dentro del navegador. Estemalwareregistra, silenciosamente, los datos enviados entre el navegador y las páginas. Estos ataques han ganado en popularidad porque permiten al delincuente atacar a un grupo mayor de víctimas sin la necesidad de estar cerca de éstas.