Tecnología

No uses el teléfono así o te lo cargarás sin darte cuenta

Si realmente quieres que el ‘smartphone’ aguante unos años en buenas condiciones tienes que preocuparte de no realizar estas acciones

Nuestro móvil también necesita “desconectar”, irse a negro y reposar unos minutos
Nuestro móvil también necesita “desconectar”, irse a negro y reposar unos minutoslarazon

En el día a día nos encargamos de limpiar la pantalla de nuestros móvil, de apoyarlo en lugares donde no corra peligro de caerse, de que alguien se siente en él o incluso de que lo cojan los más peques de la casa. Algunos incluso le ponen una funda para protegerlo de rayones y le compran un protector de pantalla. Sin duda, todos estos son gestos que ayudan a alargar la vida de nuestro teléfono, pero no son suficientes.

Si realmente quieres que el smartphone aguante unos años en buenas condiciones tienes que preocuparse también de otros condicionantes. Normalmente, suelen ser nuestros errores de uso los que hacen que el dispositivo muera antes de tiempo.

No apagar nunca el móvil

Dado que lo utilizamos a todas horas y a diario, lo que solemos hacer es conectarlo cuando vemos que nos queda poca batería, de forma que nunca dejamos que llegue a apagarse. Es más, ni dejamos que se apague ni lo apagamos nosotros a propósito. Esto también perjudica su vida útil. Nuestro móvil también necesita “desconectar”, irse a negro y reposar unos minutos u horas para así recuperar su frescura. Lo mismo que nos ocurre a nosotros, vamos. Si dormimos y descansamos bien estaremos con más energía y ánimo por la mañana.

Pero aparte de esto, apagar el móvil va a repercutir positivamente en la vida de la batería. De vez en cuando, en lugar de apagarlo también podemos reiniciarlo. Esto nos ayudará a que se interrumpan procesos que están trabajando en segundo plano constantemente, lo que hará que se interrumpa la actividad de ciertas aplicaciones y por lo tanto que también ahorremos batería.

Llevarlo en el bolsillo sin protección

Como decíamos al principio, muchos de vosotros quizás le hayáis comprado una funda al móvil para llevarlo en el bolso y así protegerlo contra rayones, no obstante para llevarlo en el bolsillo optáis por quitársela, bien porque es más incómodo o bien porque con ella puesta no os cabe. Esto, como podéis imaginar, es un error.

En los bolsillos de chaquetas o pantalones los móviles también pueden sufrir golpes o rayones, por eso los expertos desaconsejan llevarlo ahí. Si lo llevamos en un bolsillo no solo nos lo podrán robar con más facilidad, sino que además se nos puede caer al suelo si nos inclinamos o al retrete si vamos al baño. A esto hay que sumarle que puede conllevar riesgos para la salud por la radiación que emiten. El manual de los iPhone aconseja expresamente no colocarlo en el bolsillo del pantalón. Así que ya sabéis, tomad nota.

No usar antivirus

Si os preguntamos si tenéis instalado en vuestro ordenador algún antivirus, muy probablemente la mayoría digáis que sí, pero si os preguntamos si lo tenéis instalado en vuestros móviles, muy probablemente diréis que no. ¿Por qué? Sería la pregunta. ¿Por qué pensáis que vuestro ordenador debe de tener uno y vuestro móvil, no, si, seguramente, muchos días uséis mucho más vuestro smartphone que vuestro PC o portátil?

Los teléfonos inteligentes también son blanco de ataques y, bien sea a través de descargas de aplicaciones bien mediante la navegación web, pueden ser muchos los virus y ‘malware’ que infecten vuestros dispositivos. Actualmente, existen muchos programas que nos podemos descargar en el móvil y que sirven para protegerlos contra contenido malicioso. Si eres usuario de un Android tienes a tu alcance aplicaciones útiles como Avast, Lookout, o TrustGo. En el caso de los iPhone es la propia Apple la que se encarga de distribuir parches de seguridad cuando detecta una posible amenaza.

No limpiarlo por dentro

Limpiarlo por fuera está muy bien. Es una cuestión de higiene y de que tu móvil tenga una apariencia buena y bonita, pero se nos olvida que también es muy importante tenerlo limpio por dentro. Cuando una persona goza de buena salud por fuera es porque se está alimentado y cuidando bien por dentro. A los teléfonos les ocurre lo mismo. Como ya os hemos explicado en otro reportaje, la pantalla de un móvil debe limpiarse con un paño de microfibra o gamuza seca, o bien un poco mojada en agua con alcohol para eliminar la suciedad y también las bacterias que se quedan en el teléfono después de tocarlo durante todo el día.

Limpiarlo por dentro significa eliminar archivos ocultos, que además ocupan espacio. Muchos expertos recomiendan descargarse una aplicación que realice esta tarea de forma automática, pero otros consideran que bajarse una ‘app’ para ello también es llenar nuestro teléfono de elementos que lo llena de forma innecesaria, por eso aconsejan hacerlo de forma manual. ¿Cómo? Borrando uno por uno los contenidos o aplicaciones que en su día almacenamos pero que ya no usamos. Si optáis por descargaros una aplicación de limpieza encontraréis muchas en el mercado, tales como CleanMaster o TapCleaner.

Exponerlo al agua y al polvo

No todos los móviles cuentan con el mismo grado de protección de fábrica, protección IP o, en inglés, Ingress Protection. Unos smartphone vienen con resistencia al agua y al polvo y otros solo al polvo. Unos son más resistentes a los golpes y otros más “frágiles”.

La mayoría de dispositivos móviles son impermeables si hablamos de salpicaduras o que se mojen cuando está lloviendo. Al fin y al cabo, son unas cuantas gotas que no acaban penetrando en el interior del teléfono. Esto no quiere decir que sean realmente resistentes al agua, es decir, nunca podremos sumergirlos en una piscina y nunca saldrán vivos si se nos caen en una pila o en el váter. Así que hay que tener claro con qué protección IP cuenta nuestro móvil y evitar exponerlo a ciertos elementos que pueden estropearlo o disminuir su vida. Los expertos tampoco recomiendan dejar nuestro teléfono al calor de una cocina o expuesto al sol en la playa o incluso dentro de un coche, ya que puede sobrecalentarse y dejar de funcionar por un tiempo.