Tecnología

La peligrosa estafa del DNI: así puedes acabar ante el juez, sin dinero y acusado de muchos delitos

Una de las víctimas tuvo que demostrar su inocencia en diferentes puntos del país y vivir con el temor de que pudieran seguir comiendo delitos bajo su identidad en cualquier momento

La peligrosa estafa del DNI: así puedes acabar ante el juez, sin dinero y acusado de muchos delitos
La peligrosa estafa del DNI: así puedes acabar ante el juez, sin dinero y acusado de muchos delitosPolicíaArchivo

La pérdida del DNI no sólo trae consigo un disgusto personal, sino también económico. Pues estos documentos constituyen la llave para que los delincuentes puedan llevarse buena parte de los ahorros de sus víctimas. O incluso todos. Por ello, aunque no sepamos si nos lo han robado o si lo hemos perdido, siempre hay que interponer una denuncia, ya que podemos ser acusados de más delitos de los que pensamos.

Cada cierto tiempo, aparecen noticias sobre personas a las que se les ha suplantado la identidad por esta vía, así como sobre los diversos problemas en los que se ven envueltos por este hecho. Por ejemplo, hay casos en los que llegan a aparecer como titulares de coches que nunca han comprado y con los que posteriormente se comenten diferentes tipos de infracciones. También otros en los que se convierten en titulares de cuentas desde las que se están cometiendo cobros fraudulentos. O en los que realizan compras mediante financiación de artículos como móviles de alta gama. Y todo ello sin que el ciberdelincuente salga de casa y sin que la víctima se entere.

Ese fue el caso de una ciudadana que, tras meses de lucha, consiguió que el Tribunal Constitucional reconociese el 6 de mayo de 2019 que se le habían vulnerado los derechos a la tutela judicial efectiva y a la presunción de inocencia. Aunque mucha gente no corre la misma suerte. ¿Por qué? Porque no llegan a denunciar el robo o la pérdida del documento. En el caso concreto de esta ciudadana, tuvo que demostrar su inocencia en diferentes puntos del país y vivir con el temor de que pudieran seguir comiendo delitos bajo su identidad en cualquier momento. Esto le llevó a solicitar el cambio de número de DNI, pero no funcionó ya que no está permitido actualmente en nuestra legislación. Lo que le salvó de tal pesadilla fueron, precisamente, las seis denuncias que interpuso.

Otra de las situaciones que se dan con frecuencia es la siguiente: realizamos una compra por internet, pero el pedido nunca llega. Entonces, la víctima utiliza la documentación que le ha enviado el presunto vendedor para interponer una denuncia. En ella aparece un DNI aparentemente suyo, pero que realmente habría sustraído de forma previa. De tal modo que ese número de identidad de otra víctima ya estaría vinculado a un delito de estafa. La conclusión a la que han llegado las autoridades policiales es que nunca se debe facilitar a través de internet nuestro documento de identidad, salvo que se trate de tiendas autorizadas y con un cierta reputación comercial.

El peligro de los carteristas

En octubre de 2020, ocho personas fueron estafadas mediante esta técnica en Alicante, Albacete y Murcia. ¿Cómo se puso fin? Una de ellas, a la que habían robado su cartera con toda la documentación y habían suplantado la identidad dando de alta un contrato a su nombre, denunció el hecho ante la Guardia Civil, quien inició una investigación. Con el paso de los días, averiguaron que el responsable era un carterista residente en Elda (Alicante). Sin embargo, el suyo no era un caso aislado: descubrieron que se trataba de una banda organizada.

Así actuaban: el carterista robaba la documentación; después, la vendía al líder del grupo, que era el encargado de suplantar la identidad de los perjudicados; y, finalmente, se hacía pasar por los titulares de los documentos, dando de alta préstamos financieros y comprando mediante financiación artículos de tecnología de alta gama. Los beneficios que obtenía, a continuación, eran ingresados en un total de 15 cuentas pertenecientes a diferentes entidades bancarias. Pero también había un tercer responsable: el titular de una gestoría que vendía a dicho líder las identidades a las que tenía acceso por su profesión.