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Streaming

Cómo ahorrar en tus suscripciones a Netflix, Prime y otros servicios compartiendo gastos con desconocidos

Si estar plantado delante de la tele tratando de decidir qué quieres ver cada noche se está convirtiendo en un lujo, las apps colaborativas ponen en contacto a usuarios que quieren compartir gastos

Netflix es la principal plataforma de "streaming" y la que más ha encarecido sus tarifas en los últimos años. La RazónCortesía de charlesdeluvio / Unsplash.

Decir que la era dorada del streamingha finalizado es un poco precipitado, pero es evidente que su punto álgido ya ha pasado. La época, hace tan solo un par de años, en la que estas plataformas resultaban económicamente accesibles para la mayoría, crecían sin parar y ofrecían todo un mundo de posibilidades a unos usuarios encerrados en sus casas por la pandemia ha quedado atrás por una serie de factores. A la normalización de la vida social hay que sumar la actual crisis económica, características propias del streaming como la fatiga de elección y las subidas de precios que la mayoría de proveedores han aplicado desde entonces. La última, Prime Video que encarecerá en un 39% su cuota anual a partir del próximo 15 de septiembre.  El resultado es que tanto Netflix como HBOMax como Disney+ como Movistar+ están perdiendo usuarios en este 2022, según datos que recoge un estudio de Barlovento Comunicación sobre la evolución de las audiencias en este 2022.

De media, un español se gasta 456 euros al año, 38 al mes, en plataformas de streamingy cada hogar tiene acceso a 2,7 plataformas de pago, un gasto que en un contexto de inflación se vuelve prescindible para muchos. Una forma de afrontarlo es compartiendo gastos de suscripción a través de plataformas como Together Price, Split y otras. Se trata de servicios que, bajo el paraguas de la economía colaborativa, permiten a los usuarios adscritos a la plataforma compartir la cuota mensual, no solo de plataformas de streaming sino de una amplia variedad de servicios por suscripción como Office, diversas VPN, Spotify, Tidal, Audible, y muchos otros.

El funcionamiento es similar en todos ellos. Un usuario se registra en la web o en la app y escoge crear un grupo para una suscripción concreta o unirse a uno ya creado. En el primer caso, figurará como administrador y deberá ser el encargado de abonar la cuota mensual a la plataforma elegida. Su ventaja es que no paga comisión a la plataforma, lo que si tienen que hacer el resto de miembros del grupo, generalmente en torno a un euro por cada pago que realizan. Cada usuario debe introducir un medio de pago o depositar dinero en el wallet para que la plataforma procese automáticamente los pagos cada mes.

El sistema tiene una clarísima virtud, el ahorro económico, pero puede presentar algunas pegas según el comportamiento de los usuarios de cada grupo. Si un grupo de Disney+, por ejemplo, comparte una suscripción que da acceso a cuatro streamings simúltaneos y divide la cuota de 8,99 euros/mes entre ellos, saldrá muy económico y cómodo siempre y cuando todos los miembros del grupo respeten las reglas del juego. Si cualquiera de ellos, o todos, comparten la suscripción con las personas que viven en sus respectivos hogares la capacidad de la tarifa se verá rápidamente superada y habrá miembros del grupo que no puedan hacer uso hasta que alguien que no conoce, en algún lugar, se desconecte.

No son actividades ilegales, al menos mientras no esté recogido en el Código Penal compartir una suscripción de Netflix, pero sí que en algunos casos pueden contravenir los términos del servicio establecidos por el proveedor. Netflix, por ejemplo, mantiene una lucha contra la compartición de cuentas entre sus clientes y tiene en pruebas programas que detectan este uso y añade una tarifa adicional para poder llevarlo a cabo.

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