Tecnología militar
Así serán los aviones de los próximos 15 años según un experto en defensa y política exterior
Se trata de Michael E. O’Hanlon, quien predijo muchas de las guerras de este siglo y sus consecuencias
En un informe publicado por el Instituto Brookings, el experto en defensa y política internacional Michael O’Hanlon, señala cómo será la tecnología militar en las próximas décadas. De acuerdo con este experto (que predijo los resultados de la guerra de Iraq y de Afganistán entre otras), los avances tecnológicos que se producirán entre 2020 y 2040 pueden deducirse de las actuales investigaciones en este campo.
Para comenzar O’Hanlon señala el avance en la detección de armas biológicas a bordo de los aviones. Por ejemplo, señala el estudio, el Lawrence Livermore National Laboratory ha creado una matriz de detección microbiana que examina el ADN directamente y busca literalmente miles de bacterias, virus y hongos. Estos métodos de identificación pueden reducirse en parte a ámbitos más digitales y computacionales donde los ordenadores pueden utilizar su potencia para acelerar drásticamente el proceso de identificación. Esto se hace gracias a análisis de la configuración del terreno, los minerales presentes, la fauna, la flora, el clima. Todo esto da claves de la vida microbiana que podría subsistir en el entorno y compararla con la base de datos en el ordenador.
Las aeronaves también podrían contar con detección de materiales nucleares. DE acuerdo con O’Hanlon se trata de armas que no emiten grandes cantidades de radiación y pueden protegerse con materiales como el plomo para pasar desapercibidas. Pero la ciencia forense nuclear está mejorando a través de una serie de sofisticados procedimientos químicos y métodos computacionales que pueden hacer que sea más fácil determinar dónde se encuentran, pero también donde pudo haberse originado el material.
También se mencionan los avances en radares. Para un avión que vuela por encima de los 13.000 metros de altura, el horizonte del radar puede extenderse unos 430 km debido a la curvatura de la Tierra, lo que significa que cualquier objeto más allá de esta distancia sería invisible. Pero eso está por cambiar. Los aviones irían dotados, por ejemplo, con radar de apertura sintética (mediante el cual el movimiento de un radar crea el efecto de un sistema de apertura mucho mayor, una vez que las señales se integran a una distancia considerable). Esto permitiría detectar objetos más lejanos, pero también el movimiento de los mismos. Y, por si fuera poco tienen el potencial de unirse entre ellos para crear una red similar al Sistema de Posicionamiento Global (más conocido como GPS, basado en tres o más satélites que cubren el planeta) y cubrir un territorio aún mayor, utilizando muchos radares pequeños, en lugar de uno solo, aunque tengan el mismo tamaño en total.
Otra área que O’Hanlon destaca es la de las tecnologías infrarrojas, cada vez más baratas y más disponibles también. “Por ejemplo – explica en el estudio –, es posible que pronto se desplieguen sensores ópticos dentro de los proyectiles (misiles y balas) para permitirles dirigirse hacia los objetivos a los que se han fijado previamente. Pueden hacerlo incluso cuando el viento u otras perturbaciones afectan la trayectoria de vuelo. Los proyectiles también pueden contar con altímetros incorporados para optimizar el punto de detonación deseado”.
También se habla del radar multiespectral, uno destinado a identificar los aviones furtivos gracias a la amplitud de frecuencias que cubren este tipo de radares o de un proyecto piloto del MIT que involucran fluorescencia de resonancia nuclear, que utiliza un haz de neutrones para descubrir la carga en otras aeronaves o en barcos con una definición mucho mayor que los rayos X y menos equipo.
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