Cambio climático

Una app para saber cuánto ahorras en emisiones cambiando de medio de transporte

“Si Europa tuviera los mismos niveles de uso de bicicleta que Dinamarca tenía en el año 2000, el ahorro en emisiones sería de un 10% del objetivo europeo planteado en el Protocolo de Kyoto”, señala un informe.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó (3º i), recorre la ciudad en bicicleta
El alcalde de Valencia, Joan Ribó (3º i), recorre la ciudad en bicicletaKai FörsterlingAgencia EFE

El transporte, tanto terrestre como aéreo y marino, es responsable de una cuarta parte de las emisiones de CO2 en la UE. Y la mayor parte de estas emisiones (3/4 en total) provienen del transporte por carretera, según el informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente. De hecho, este es el único sector en el que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado en las tres últimas décadas, con un incremento de casi el 40% entre 1990 y 2023. Saber cuánto emitimos nos permite contar con información para reducir estas cifras. Sobre todo, si podemos actuar de forma positiva en ellas. ¿Cómo se consigue esto?

Recientemente, la aplicación de deportes Strava ha anunciado una nueva herramienta que se centra en el ahorro de carbono. Los usuarios que etiquetan sus actividades como viajes al trabajo en Strava pueden ver sus ahorros de carbono estimados cuando se desplazan corriendo, caminando, en bicicleta o en bicicleta eléctrica en lugar de viajar en automóvil. No es la primera vez que esta app intenta modificar cómo nos desplazamos por la ciudad, aunque sí lo es en lo que respecta a darle la información al usuario para modificar sus costumbres.

La app acumula las frecuencias de cada ruta, las más rápidas, las más lentas, las zonas de atascos, las menos seguras... Toda esta información se ha volcado a una app secundaria, Metro, que ha permitido que los ayuntamientos de más de 100 ciudades planificaran o modificaran los carriles de bicicletas para hacerlos más efectivos y estimular el uso de este medio de transporte. ¿El resultado? En el Reino Unido, los traslados en bicicleta han aumentado un 162 %, en Berlín un 76%, en Nueva York un 34%, en Tokio un 46% y en Río de Janeiro, un 62%. París se basó en esta información para aumentar 650 kilómetros de ciclovías, lo que casi duplicó el uso de este medio de transporte.

En España, el Ayuntamiento de Barcelona (ciudad donde el uso de Metro permitió aumentar en un 32% las bicisendas) tiene como objetivo llegar a los 308 kilómetros de carril bici, un incremento del 165 % respecto a 2015 (cuando tenía 116 kilómetros). De esta manera, el 95 % de la población de la ciudad dispondrá, como mínimo, de un carril bici a 300 metros de su domicilio. Y esto es fundamental porque de acuerdo con un estudio publicado en Preventive Medicine, ampliando los carriles bici podremos salvar hasta 10.000 vidas en Europa. Es decir, no solo se reducen las emisiones, también el gasto sanitario: por cada euro invertido en sendas para bicicletas, se reducen 3 euros de gasto sanitario, según un análisis científico.

Según un estudio europeo actualmente los viajes en bicicleta permiten el ahorro 11 millones de toneladas de CO2 en Europa. El informe señala que, si Europa tuviera los mismos niveles de uso de bicicleta que Dinamarca tenía en el año 2000, el ahorro en emisiones sería de 120 millones de toneladas, un 10% del objetivo europeo planteado en el Protocolo de Kyoto.

La información obtenida con esta nueva configuración de la app, se envía de forma anónima a Metro para ser evaluada. No se registran nombres, solo la ciudad, el trayecto, la distancia y la frecuencia. Basta registrar nuestro viaje como un trayecto al trabajo para obtener la información de lo que nos ahorramos y los datos se suman a los de otras personas para trazar un perfil que permita crear más sendas y reducir aún más las emisiones.

Eso sí, no basta con esto y hay que hacer más cambios. Strava ha descubierto que las mujeres españolas pasan un 62% menos de tiempo en bicicleta que los hombres y el motivo es la falta de una comunidad: un 76% de las encuestadas afirman que estarían más cómodas saliendo en bicicleta con ciclistas de su mismo género, pero que no consiguen encontrar un grupo. Quizás la clave sea, del mismo que recibimos sugerencias de a quién seguir en Instagram o Facebook, Strava sugiera quienes hacen un trayecto similar al nuestro, aunque con un gran control de la privacidad, desde luego.