Un avión de pasajeros que vuela a Mach 9

El avión más rápido del mundo es el X-15. Tiene el récord de velocidad, a más de 7.000 km/h. Se trata de una nave experimental propulsada por un cohete hipersónico utilizado por la NASA y la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Al menos así es hasta ahora porque la compañía Venus Aerospace está diseñando uno que alcanzará Mach 9, es decir una velocidad por encima de los 10.000 km/h. Y una de las partes más complicadas, el motor, ya ha pasado la evaluación.

Venus Aerospace tiene el objetivo de construir un avión hipersónico que pueda transportar quizás una docena de pasajeros y llevarlos a cualquier lugar del mundo en poco más de una hora. En comparación el Concorde alcanzaba los 2.100 km/h. Pero el funcionamiento del avión de Venus Aerospace será diferente. En primera instancia, diez minutos después del despegue, su motor lo impulsará a 50 kilómetros de altura, trazando un ángulo para que el descenso los lleve más rápido a su destino.

Luego está el combustible: peróxido de hidrógeno a temperatura ambiente y Jet-A (o combustible de turbina de aviación), el utilizado por la mayoría de los aviones a reacción. Los ingenieros de la compañía ya consiguieron que su motor funcionara de forma estable con esta “dieta”.

Y entonces sí llega el motor, la pieza fundamental del proyecto. La idea es equipar esta nave con un motor basado en la detonación rotativa: un sistema que funciona con explosiones hipersónicas en continuidad y controladas. De acuerdo con Venus Aerospace, su motor de detonación rotativa funciona a una velocidad de 20.000 rotaciones por segundo, según explican los responsables de la compañía en una entrevista. Pero ahora empiezan los problemas. No basta con el combustible, el motor o el plan de vuelo.

La aeronave X-43 de la Nasa alcanza Mach 9.6. A esta velocidad, el control térmico se convierte en una consideración de diseño fundamental. La estructura debe estar diseñada para funcionar a altísimas temperaturas o estar protegida por materiales específicos, como silicatos. A esto hay que sumarle que por encima de estas velocidades se pierde la comunicación con tierra, ya que el plasma comienza a envolver el vehículo, como si fuera una nave espacial que regresa a la Tierra a través de la atmósfera superior.

Mientras este proyecto sigue su curso, Venus Aerospace está trabajando en un dron de casi 2 metros de largo que ya ha realizado su primer vuelo de prueba. ¿Su objetivo? Alcanzar velocidades por encima de los 3.000 km/h con drones autónomos a principios de 2024 gracias al motor de detonación rotativa.