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Conexión VPN: la privacidad tenía un precio

Ventajas y riesgos de la creciente tendencia a usar redes privadas virtuales

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No hace tanto que los internautas vivíamos en un mundo feliz en el que todo era gratis y nuestra única preocupación era dar con el contenido deseado.

No hace tanto que los internautas vivíamos en un mundo feliz en el que todo era gratis y nuestra única preocupación era dar con el contenido deseado. Pero de unos años a esta parte el concepto de privacidad empezó a adquirir sentido, se convirtió después en una preocupación, y hoy reviste tintes obsesivos.

Espoleados por las sucesivas regulaciones de protección de datos, los escándalos de tráfico de informaciones personales obtenidas en redes sociales y la creciente intromisión de los ciberdelincuentes hasta en los procesos electorales han mostrado al rey desnudo, con el agravante de que el rey somos todos nosotros.

Este contexto explica la creciente tendencia a conectarnos a internet mediante redes privadas virtuales o VPN por sus siglas en inglés (Virtual Private Network). Pensadas originalmente para empresas que necesitaban conectar con seguridad su sede central con las periféricas o con los empleados fuera de la oficina, las VPN han saltado al ámbito de los particulares.

Básicamente, una VPN es un túnel cifrado de datos. Cuando desde tu PC o móvil quieres leer «larazon.es», tu dispositivo se conecta con tu proveedor de internet, que te lleva a la web. Con una red virtual sigues conectándote a tu proveedor, pero este te lleva a la VPN, y de ahí llegas al destino. Es decir, ni tu proveedor de internet ni nadie más puede saber qué haces cuando navegas. O, mejor dicho, casi nadie.

La filosofía del gratis total sigue impregnando nuestro comportamiento como inter- nautas. Por eso muchos no dudan en hacerse con una VPN «gratuita» de las muchas existentes para ahorrarse los 15 dólares de media que cuestan al mes las de pago. Y ya deberíamos saber que cuando el servicio es gratis, es que el producto eres tú.

Por supuesto que no todas las VPN libres están dirigidas por ciberdelincuentes, pero nadie invierte el dineral que cuestan por altruismo. Desde que en 2015 se reveló que Hola, un popular servidor de VPN «gratis», usaba nuestro ancho de banda para vendérselo a otras VPN de pago, nadie puede llamarse a engaño. Y eso que este peaje venía en la letra pequeña del contrato, la que nadie lee. Otras VPN directamente comercian con nuestros datos, con lo que utilizarlas sería como hacer un pan como unas tortas.

Mención aparte merece el extendido uso de las VPN para geolocalizarnos en otro país y obtener mejores precios al comprar un billete de avión o acceder a ciertos servicios de Netflix o Amazon: te arriesgas a ser bloqueado.

Multa por jugar al póker online de incógnito

Los jugadores de póker online que utilicen VPN serán castigados con multas de hasta 100.000 euros, de acuerdo a la última legislación.

Yahoo lanza una nueva app de chats

El mismo año que Yahoo ha echado el candado definitivo a Yahoo Messenger, vuelve a intentarlo con una app de mensajería al estilo de Whatsapp o Facebook. Llamada Yahoo Together, intenta diferenciarse de las grandes mediante el uso de grupos y salas temáticas similares a las de los chats IRC. Es decir, además de crear grupos de trabajo, amigos o familiares, permite abrir distintos canales organizados por temáticas concretas. También actúa como agenda, avisando con alarmas de los planes que previamente has acordado. Sorprendentemente, no permite ni llamadas ni videollamadas, y encima obliga a abrirse una cuenta en Yahoo. El tiempo dirá si esta nueva creación es un acierto.

El «Netflix del cine» llega a España en 2019

MoviePass, el servicio de tarifa plana para ir al cine de Estado Unidos, desembarcará en España en 2019. Esta es al menos la previsión que su CEO, Mitch Lowe, anunció durante su reciente visita a Madrid para participar en el McKinsey Digital Summit, un evento de «networking» enfocado a la reinvención digital. Conocido popularmente como «el Netflix del cine» ofrece a los espectadores estadounidenses una tarifa plana mensual de 9,95 dólares que les da derecho a ver tres películas en salas convencionales. La expansión internacional de MoviePass, que ha sufrido varios altibajos desde su creación en 2011, les llevará también a Brasil y Colombia. Según Lowe, la atomización del sector en España juega a favor de alcanzar acuerdos viables.