Tecnología

EEUU veta los geolocalizadores en instalaciones militares

Tras la fuga de datos con aplicaciones como Strava

Soldados estadounidenses en Afganistán, en una imagen de archivo / Efe
Soldados estadounidenses en Afganistán, en una imagen de archivo / Efelarazon

El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha prohibido a todo su personal y «con efecto inmediato» el uso de dispositivos electrónicos con capacidad de geolocalización en zonas catalogadas como «operacionales», con el objetivo de evitar dar «una ventaja injusta al enemigo», informaron fuentes castrenses, informa Efe.

«Con efecto inmediato, el personal del Departamento de Defensa no podrá emplear dispositivos, oficiales o no, que dispongan de aplicaciones y servicios de geolocalización en lugares designados como áreas operacionales», señaló el Pentágono en un comunicado.

La nueva norma no aclara exactamente cuáles serán esos lugares, sin embargo el coronel Robert Manning, portavoz del Pentágono, aclaró a un grupo de periodistas que este veto afectará «con certeza» a todas las tropas desplegadas en el extranjero.

«No queremos darle una ventaja injusta a nuestro enemigo y queremos proteger a nuestras tropas, especialmente aquellas que se encuentran desplegadas», añadió el militar.

La medida afectará a cualquier tipo de artilugio que pueda transmitir detalles sobre su posición, como teléfonos móviles, relojes inteligentes o pulseras electrónicas con uso deportivo.

Manning explicó que las medidas disciplinarias a tomar en caso de incumplimiento de la normativa «dependerán de cada caso».

De esta manera, el Pentágono pondrá en marcha una nueva regulación que ya fue anunciada el pasado mes de enero, como respuesta a un escándalo surgido a finales del año pasado, cuando gracias al uso de estos dispositivos salió a la luz la ubicación de diversas instalaciones militares secretas en el extranjero.

Fue el pasado noviembre cuando la empresa Strava, responsable del desarrollo de aplicaciones relacionadas con la actividad deportiva, difundió un mapa de calor en el que se podían observar los recorridos realizados por sus usuarios entre 2015 y 2017.

La alarma, sin embargo, no saltó hasta comienzos de año, cuando uno de sus usuarios se percató de la inusual localización de varios de estos trayectos, algunos de los cuales se encontraban en zonas de alta seguridad o próximas a conflictos armados, y decidió compartir sus conclusiones a través de las redes sociales.

A pesar de que el mapa no ofrecía imágenes reales de las instalaciones, los dibujos que formaban estos recorridos permitían establecer información relevante, como la superficie o la composición de estas instalaciones. EFE