Ingeniería
El coche ecológico español que genera hidrógeno
Investigadores de varias universidades patentan un prototipo de vehículo capaz de crear y almacenar este gas de forma segura, el principal obstáculo para desarrollar este tipo de automóviles
Un grupo de investigadores de tres universidades españolas y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha probado con éxito y patentado un prototipo a escala de un coche que almacena y genera hidrógeno de forma segura.
Este nuevo sistema, denominado HYPROSI, permite la producción eficiente, el almacenaje y el transporte seguro de hidrógeno, que puede ser utilizado como combustible de alta calidad. Con ello se supera uno de los principales obstáculos, el de la falta de seguridad, a los que se enfrentaba hasta ahora esta tecnología.
El nuevo sistema es por ahora solo un proyecto, pero todas las pruebas realizadas hasta la fecha han sorprendido a sus creadores por los resultados obtenidos. En él han trabajado científicos del Instituto de Tecnología Química -centro mixto de la Universitat Politècnica de València y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-, el Instituto de Materiales Avanzados de la Universidad Jaume I de Castelló y el Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea de la Universidad de Zaragoza-CSIC.
Según explica este último centro en un comunicado, el hidrógeno es un excelente combustible por su elevada densidad energética y por la nula emisión de gases de efecto invernadero. Su combinación con el oxígeno atmosférico produce energía y agua, una atractiva alternativa de energía limpia.
Según el investigador de la Universidad de Zaragoza Miguel Baya, este prototipo “demuestra la viabilidad del sistema de cara a su futura aplicación en vehículos eléctricos basados en celdas de combustible”. El hidrógeno producido presenta una pureza “muy elevada” y puede ser utilizado directamente en cantidad suficiente.
HYPROSI usa un procedimiento patentado por los mismos investigadores que permite la producción y manipulación de hidrógeno para su uso en celdas de combustible mediante el empleo de los denominados «líquidos orgánicos portadores de hidrógeno» (liquid organic hydrogen carriers o LOHC). Este proceso se hace de forma rápida y controlada mediante el uso de catalizadores, aprovechando la ventaja de que la producción de hidrógeno se realiza a presión atmosférica y a temperaturas incluso por debajo de los cero grados centígrados.
“La generación controlada de hidrógeno permite su liberación en función de las necesidades del usuario y permitiría solucionar los problemas de seguridad que hoy en día presentan los vehículos existentes en el mercado, ya que estos almacenan el gas a alta presión”, destacan los investigadores.
De hecho, en la prueba realizada con el prototipo de vehículo eléctrico se ha conseguido un caudal de hidrógeno óptimo que actúa como fuente de alimentación de una pila de combustible. Esta pila transforma la energía almacenada en forma de hidrógeno en energía eléctrica que permite impulsar el vehículo.
“El próximo paso sería aplicarlo en un prototipo más grande, incluso en un coche de hidrógeno de verdad”, explica la investigadora de la UJI María Pilar Borja.
Según los impulsores del proyecto, este nuevo procedimiento supone un avance importante en este campo, ya que permite solucionar el problema del almacenamiento y peligrosidad de la acumulación de gases en el automóvil. La recarga del líquido orgánico en el vehículo podría hacerse incluso de la misma manera que se reposta un automóvil movido con combustibles fósiles.
“Los resultados que hemos obtenido en estas pruebas son muy positivos. Ahora bien, hemos de seguir trabajando para que esta investigación llegue al mercado de los automóviles. Para ello, nuestro próximo reto sería mejorar la eficiencia de la recuperación del silano de partida, así como aumentar la cantidad de hidrógeno que almacena este silano, que en los estudios llevados a cabo es del 6 % en peso”, apunta Hermenegildo García, investigador del Instituto de Tecnología Química (UPV-CSIC).
En el proyecto han participado los investigadores José A. Mata de la UJI; Miguel Baya de la Universidad de Zaragoza y Hermenegildo García de la Universidad Politécnica de València; las investigadoras María Pilar Borja y Carmen Mejuto; David Ventura, becario predoctoral del Ministerio y Andrés Mollar, estudiante de máster, todos ellos de la UJI y está financiada en la UJI por el programa «StartUJI de Valorización de Resultados de Investigación» de la convocatoria de 2017.
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