Ciencia y Tecnología

Gafas que oyen y otros inventos para ciegos

El Congreso Internacional de Tecnología y Turismo para todas las Personas presenta en Málaga los últimos avances en tecnología para discapacitados

El dispositivo de lectura y reconocimiento visual que se acopla a la patilla de las gafas
El dispositivo de lectura y reconocimiento visual que se acopla a la patilla de las gafaslarazon

Los avances en tecnología que ayudan a mejorar la calidad de la vida de las personas van más allá de la aspiradora circular que detecta obstáculos y suciedad en el hogar y abarcan desde brazos robóticos que se mueven con la mirada a gafas inteligentes que convierten en audio lo que el usuario no puede ver.

La tecnología que favorece la autonomía personal y la vida independiente se está abaratando paulatinamente y en un futuro «no van a ser objetos extraños los robots que tengamos en casa», como la famosa aspiradora, según el jefe de Tecnología Accesible e I+D de la Fundación ONCE, David Zanoletty.

Algunas de las aplicaciones y herramientas tecnológicas más novedosas útiles para discapacitados se presentan en el Congreso Internacional de Tecnología y Turismo para todas las Personas que se celebra hasta el próximo viernes en Málaga con el lema «Accesibilidad 4.0».

Una de ellas es el brazo robótico desarrollado por la multinacional ABB y la empresa Irisbond, que puede ser manejado por una persona con movilidad muy reducida gracias al movimiento del iris de sus ojos.

Aunque el coste del brazo aún es elevado, la tecnología que permite que una persona sea capaz de manejar este dispositivo con sus ojos o bien un ordenador costaba hace cinco años más de 18.000 euros y hoy en día está alrededor de 1.000 euros, ha explicado a los periodistas Zanoletty.

En el próximo lustro resulta difícil predecir la evolución de la tecnología, pero está sobre la mesa el sistema de inteligencia de datos o Big Data, que posibilita identificar los perfiles de los usuarios para que la tecnología sea más personalizada, ha apuntado.

La utilidad de los dispositivos puede ser más amplia de lo que parece. Se calcula que en España casi un millón de personas padecen algún tipo discapacidad visual, de las que 58.300 son ciegas totales y más de 920.000 tienen baja visión.

La firma israelí OrCam Techologies ha creado un dispositivo de lectura y reconocimiento visual que se acopla a la patilla de las gafas y puede leer texto, reconocer caras o identificar productos, una información que convierte en audio.

Así, una persona con problemas de visión puede sentarse en un restaurante y el dispositivo le proporciona información sobre la ubicación de los cubiertos o un vaso en la mesa, al tiempo que es capaz de leer el menú.

Este tipo de dispositivos tecnológicos han dado «un salto» en los últimos años porque «antes reconocían (los objetos) y fallaban muchísimo, y hoy son capaces de identificar muy bien elementos y transformarlos en un lenguaje que no te llena de información absurda», ha indicado.

Según Zanoletty, «no es trivial» la información que no se traslada al usuario y cómo se muestra, ya que si la herramienta devuelve toda la información que capta puede saturarlo o si, por ejemplo, empieza a leer primero la lista de precios en lugar de los primeros platos.

Otros avances tecnológicos son las balizas inteligentes «beepcons» instaladas por la empresa Ilunion, perteneciente a la ONCE y su Fundación, en el Palacio de Ferias donde se celebra el congreso, que permiten a las personas ciegas moverse libremente gracias a la información que obtienen de una aplicación en su móvil.

En el encuentro también se exhibirá una silla de ruedas que desarrolla la Universidad de La Laguna (Tenerife), que cuenta con un sistema de inteligencia artificial que le permite esquivar personas y objetos.

Pese a las mejoras que pueden proporcionar las tecnologías a las personas con discapacidad, el Observatorio de Accesibilidad Universal del Turismo en España revela que éstas se siguen encontrando con barreras en su vida al ir a un restaurante, acceder a una playa o alojarse en un hotel. EFE