Redes sociales

Infelices por las redes sociales

Los niños que abusan de las nuevas tecnologías acaban convertidos en adolescentes con sentimientos de insatisfacción, según un estudio de la Universidad de Essex.

Infelices por las redes sociales
Infelices por las redes socialeslarazon

Los niños que abusan de las nuevas tecnologías acaban convertidos en adolescentes con sentimientos de insatisfacción, según un estudio de la Universidad de Essex.

- s una de esas preocupaciones que tenemos los padres de hoy y que no tuvieron nuestros padres o abuelos. Cada generación tiene su temor a la hora de educar. En este siglo XX, el temor llega a lomos de la tecnología. El uso intenso de las redes sociales, ¿es bueno o malo para los niños y jóvenes? ¿Hasta qué punto las nuevas formas de relación virtual afectan al desarrollo de los pequeños?

Un trabajo dado a conocer ayer por «Biomed Central», una editorial científica inglesa, ha venido a arrojar cierta luz sobre la materia y, sobre todo, polémica. Investigadores de la Universidad de Essex en Reino Unido han encontrado una relación entre el tiempo pasado delante de las redes sociales durante la infancia (a partir de los 10 años) y el bienestar emocional en la adolescencia (hasta los 15 años). En concreto, cuanto más tiempo se pasa usando la tecnología a una tierna edad, más probabilidades existen de expresar sentimientos de insatisfacción en la adolescencia. El efecto es peor en niñas que en niños.

El estudio se ha realizado tras analizar el comportamiento en redes sociales de casi 10.000 adolescentes de entre 10 y 15 años, desde el año 2009 hasta 2015. Todos completaron cuestionarios sobre las horas que dedicaban al día interactuando en redes sociales y, al llegar a la edad más alta del rango, fueron sometidos a diferentes test para calibrar su bienestar emocional. Las pruebas están diseñadas para detectar el grado de felicidad de los adolescentes en diferentes aspectos de la vida: la familia, los estudios, los amigos, su propio cuerpo... Además, se practicaron pruebas de «Fortalezas y Debilidades Emocionales», que sirven para encontrar síntomas de problemas emocionales que podrían derivar en conductas erráticas.

Los autores del trabajo hallaron que, entre los niños que menos utilizaban las redes sociales y los que más las usaban, el grado de bienestar emocional caía dos puntos (tres puntos peor en los usuarios más intensivos). En el caso de las niñas, la diferencia es de 3 puntos. Es decir, las jóvenes más conectadas se ven más afectadas que los jóvenes. Los datos, que son aplicables sólo al Reino Unido, de momento, demuestran que las niñas son las mayores consumidoras de redes sociales. A los 13 años, la mitad de ellas usan al menos una hora al día las redes. En el caso de los niños, a esa edad, sólo pasa de la hora diaria un tercio de la población.

En todos los casos, el bienestar emocional decae al acercarse a la adolescencia. Este periodo de la vida es, por definición, una fuente de turbulencias, cambios e insatisfacciones. Pero parece que el uso excesivo de las redes sociales puede aumentar esta tendencia a la insatisfacción y, en el caso de las niñas, el efecto es aún mayor.

Los autores del trabajo son muy cautos. Los datos obtenidos, por el momento, sólo son estadísticos. Esto significa que es difícil establecer una relación causa-efecto directa. Pero parece que por fin se apunta alguna razón para preguntarnos si nuestros hijos podrían usar las redes sociales ilimitadamente o si deberíamos establecer ciertos horarios para ellos.