Fotografía

La fotografía con teléfonos móviles, una revolución con excesos

Su explosión gracias a las redes sociales ha degenerado en un exceso de selfis, que además pueden afectar a la privacidad personal.

Sacar el móvil, disparar, hacer eterno cada instante y además compartirlo son las grandes ventajas que ofrece la fotografía con los teléfonos inteligentes, pero su explosión gracias a las redes sociales ha degenerado en un exceso de selfis, que además pueden afectar a la privacidad personal.

Así opina el fotógrafo y autor de un libro sobre la materia, Rodrigo Rivas, que ha hablado con Efe sobre la cámara de fotos del presente, la del "smartphone", de la que es defensor a ultranza como "una herramienta más", a pesar de que existan escépticos "por miedo y desconocimiento principalmente"y su calidad esté siempre "en tela de juicio".

"Aún soy una persona un poco rara dentro de los profesionales", ha admitido.

La fotografía ha pasado de ser una disciplina de pocos a la cotidianeidad con el impulso de redes como Instagram, Snapchat o Twitter, en las que "sin nociones de fotografía ni cultura audiovisual hay gente que retrata todo lo que hay", por lo que, Rivas insiste, es necesario "saber cuándo usar las cosas"y no, por ejemplo, abusar de los selfis.

Pese a que el proceso fotográfico se haya simplificado mucho y esté "al alcance de cualquiera", Rivas no considera que se haya perdido el valor de la fotografía como arte, pues todavía existe "una gran diferencia"entre quienes "simplemente le dan a un botón"y los que "saben contar una historia a través de una fotografía".

La prioridad es "experimentar antes que fotografiar", porque, "si no eres capaz de vivir algo, no vas a conseguir plasmarlo de la mejor manera posible. Una media entre lo que ves y lo que sientes, ya que, si solamente fotografías lo que ves, la foto no será buena", sentencia.

Para Rivas, la unión entre el periodismo y la fotografía con el móvil ha sido positiva por las ventajas que ofrece a la profesión "su portabilidad y reducido tamaño", tanto para "entrar en zonas donde de otra manera no se podría como psicológicamente", ya que "con ella las personas se sienten menos invadidas".

Sin embargo, no duda en apuntar que el periodismo ciudadano es una "pequeña lacra"para los periodistas que "se ganaban el pan con la fotografía del momento, del llegar antes que nadie a retratar un acontecimiento". Además, subraya que, "por muy bien que lleves una herramienta, hay una cosa que no se puede suplir y es la experiencia".

Además, "técnicamente hay ciertas cosas que no se pueden hacer con la cámara de un móvil", pues el resultado de la impresión "viene siempre condicionado por los megapíxeles".

De cara al futuro y aunque existe "una moda"en un "afán por diferenciarse e ir contracorriente"con la vuelta entre algunos a la fotografía química, el recorrido tecnológico va "in crescendo"y, "como en cualquier disciplina, aún esta todo por inventar".

"Fotográficamente, vamos hacia un punto donde el vídeo se va a comer a la fotografía en muchos aspectos profesionales, y en un futuro será posible sacar del fotograma de un vídeo una fotografía de mucha calidad, algo que hasta hoy es bastante impensable", augura.

Lo siguiente podría ser "el cambio de diafragma", que actualmente no se puede variar en un móvil y sí con una cámara.

Al final, concluye, el "momento perfecto"para fotografiar es "cualquiera, siempre y cuando se haya meditado, pensado y experimentado previamente".