Aeronáutica
La pista de aterrizaje circular, el proyecto de un ingeniero que quiere revolucionar la aviación
Su capacidad es similar a la de un aeropuerto de cuatro pistas, pero ocupa un área mucho más pequeña.
Los aeropuertos actuales operan pistas con direcciones fijas, por lo que hay un número limitado de direcciones disponibles para el despegue y el aterrizaje. Durante una tormenta, vientos fuertes o nevadas, la capacidad de la pista es limitada debido a esto. Esta dirección también significa que algunas zonas cercanas al aeropuerto experimentan más ruido que otras. ¿La solución? Una pista circular.
El proyecto ha sido bautizado The Endless Runway (La pista inifinita) y está liderado por un equipo de científicos holandeses del Centro Aeroespacial de los Países Bajos (NLR). En la pista sin fin, los aviones tienen la posibilidad de aterrizar en cualquier lugar del círculo. Esto permite encontrar siempre al menos un punto en el que no haya viento cruzado, sino solo en contra. Esto significa que el aeropuerto puede operar con una capacidad sostenible.
El proyecto fue financiado en parte por el programa Marco 7 de la Comisión Europea. La Comisión Europea reconoce que la movilidad se verá sometida a una presión en las próximas décadas y que será necesaria una nueva tecnología de vanguardia.
Esta pista es un círculo que no tiene limitaciones en cuanto a dónde despegar o aterrizar, lo que permite volar desde o hacia cualquier dirección. El círculo tiene un diámetro de 3,5 kilómetros y la longitud total de la pista es de 10 km. Esto significa que los pasajeros durante el despegue o el aterrizaje no tendrán la sensación de estar en una montaña rusa, sino que experimentarán una fuerza máxima de 1,2 g, similar a la de un tren en una vía curva. Al mismo tiempo, un aterrizaje típico solo requiere una parte de la pista con una curva limitada.
El avión despegará en el punto en el que no haya viento cruzado. En condiciones de viento limitadas, el avión puede despegar y aterrizar en cualquier parte del círculo. Esto permite elegir un punto óptimo, en función del origen del avión que aterriza o del destino al despegar.
A esto hay que sumarle que la pista está inclinada o peraltada. Partiendo de la parte interior del círculo sobre una superficie plana, el ángulo de inclinación aumentará gradualmente hacia el exterior. Debido a las fuerzas centrífugas, un avión que despegue en el medio del círculo se moverá hacia la parte exterior hasta despegar, mientras que un avión que llega al aeropuerto aterrizará en la parte de la pendiente que dependa de su velocidad y se moverá gradualmente hacia abajo al reducir la velocidad.
Si el avión aterriza demasiado alto, el ángulo de la pista lo obligará a descender rápidamente hasta encontrar la trayectoria correcta. A la inversa, el avión se verá obligado a descender hacia el exterior si aterriza demasiado bajo. “Calculamos que la pista debe ampliarse hasta un ancho de 140 metros para permitir que esta operación sea segura – explican los responsables en la página web -. En los años 60 se han realizado pruebas de vuelo con aviones militares, donde los pilotos informaron que la pista era fácil de usar y que el ángulo de inclinación les hacía moverse rápidamente hacia la trayectoria correcta”.
La capacidad de un aeropuerto con una pista sin fin es, como mínimo, similar a la de un aeropuerto convencional con cuatro pistas, mientras que la longitud de la pista circular es comparable uno con tres pistas. Esto hace posible utilizar la pista con varios aviones simultáneamente.
Los tiempos de vuelo en el área alrededor del aeropuerto se reducirán, ya que los aviones ahora pueden entrar y salir de forma simultánea. También permite evitar áreas donde vive la mayoría de la gente.
Otra ventaja del concepto es que los edificios del aeropuerto se pueden construir en el medio del círculo, lo que reduce el área total: un gran aeropuerto como el de París cabría dentro del círculo, reduciendo todo a un tercio del tamaño del aeropuerto actual.
¿Todo ventajas? No tanto. Los costes de construcción del aeropuerto serán más altos debido a que la cantidad de hormigón necesaria será mayor y la construcción será más compleja al tener un ángulo de inclinación. Los ingenieros señalan que el precio sería un 50% mayor que el de un aeropuerto convencional.
“Hemos realizado simulaciones, utilizando un simulador de vuelo basado en PC y un simulador de control de tráfico aéreo, para averiguar dónde debemos adaptar las operaciones y procedimientos actuales y qué nuevos desarrollos serán necesarios. Verificamos el despegue y el aterrizaje en las situaciones más restringidas con una simulación de B747”, concluyen los responsables.
¿Cuándo estará listo? La idea es que la década que viene se inaugure el primer “aeropuerto infinito” y teniendo en cuenta que España es uno de los socios europeos, no sería extraño que se construyera aquí.
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