Tecnología militar

El proyecto Tempest recibe nuevo impulso: €700 millones más para el avión del futuro

Un caza que incorporará IA, vuelo con drones, armas de energía dirigida, cabina virtual en el casco y misiles hipersónicos.

Caza Tempest
Tempest, el caza que podría revolucionar la aviación militarBAES SystemsBAES Systems

Se trata sin duda de uno de los proyectos más interesantes y complejos del último lustro en tecnología militar: TEMPEST, un caza a reacción de sexta generación que ha recibido un nuevo impulso por parte del Ministerio de Defensa del Reino Unido: una extensión del contrato por valor de unos €700 millones.

La nueva financiación se basará en la ciencia, la investigación y la ingeniería. Los socios de Tempest (BAE Systems, Leonardo UK, MBDA UK y Rolls-Royce), se centrarán en más de 60 demostraciones de tecnología de punta, conceptos digitales y nuevas tecnologías para esta aeronave que entrará en servicio con la Royal Air Force en 2035.

De acuerdo con el documento del Ministerio de Defensa, el TEMPEST está diseñado para ser un caza furtivo innovador con capacidad supersónica y equipado con tecnologías de vanguardia: “una aeronave, tripulada o no tripulada, cuya función principal es realizar operaciones de combate aire-aire y/o aire-superficie en un entorno hostil, mientras tiene la capacidad de realizar tareas de vigilancia, reconocimiento, guerra electrónica y mando y control.… ¿Qué significa exactamente esto?

Vamos a ejemplos concretos. El Tempest incorporará la tecnología de inteligencia artificial que trabajará en conjunto con la base de datos en tierra para ayudar al piloto, por ejemplo, asumiendo los controles de vuelo si el piloto se desmaya debido a las fuerzas G o aumentando su propia carga de trabajo cuando el piloto está bajo mayor estrés. También podrá hacerse cargo de guiar los proyectiles después del lanzamiento si la atención del piloto se centra en una amenaza más inminente para la aeronave. Esto lo consigue en parte analizando toda la información del ordenador de a bordo pero también gracias a un casco especial. Este dispositivo es mucho más que un simple casco: analizará las señales cerebrales y otros datos médicos, acumulando una base de datos de información biométrica y psicométrica única para cada piloto, que crecerá cuanto más vuele el piloto. Gracias a ello podrá medir los niveles de estrés, frecuencia cardíaca y otros parámetros para anticiparse a las necesidades de cada piloto: un ordenador personalizado y biométrico.

A esto le suma misiles hipersónicos y motores (inspirados en los Typhoon) que pueden proporcionar 10 veces más energía eléctrica que aquellos. Más detalles: Tempest será modular, tanto para adaptarse fácilmente a funciones como a misiones. Sus componentes serán fácilmente actualizables durante su vida útil. Tendrá alas delta y estabilizadores verticales. Incorporará tecnología antidetección (stealth), podrá volar sin tripulación y utilizará tecnología de enjambre para controlar drones. La aeronave compartirá datos y mensajes con otras aeronaves y podrá coordinar acciones.

A esto le sumará armas de energía dirigida (DEW por sus siglas en inglés), aquellas que dañan a su objetivo con energía altamente enfocada sin utilizar un proyectil sólido. Para ello podrán recurrir a láseres, microondas, haces de partículas y de sonido. Se trata obviamente de un proyecto enorme que en total, al menos en la primera fase, recibirá unos 2.000 millones de euros.