
Smartphones
¿Qué pasa si se acaba la memoria RAM de nuestros teléfonos?
Pese a que los móviles actuales tienen tanta memoria como algunos portátiles, esto no significa que sea infinita.

Hay una diferencia importante y es una similar a la que existe en nuestros cerebros con las memorias a corto y largo plazo. En los móviles actuales (y en las tablets y los ordenadores y…) hay dos tipos de memoria, la del almacenamiento (donde guardamos las fotos, los vídeos y los documentos) y la memoria RAM (siglas de memoria de acceso aleatorio) cuya función es similar a la de corto plazo: almacenando datos e instrucciones que el procesador necesita para su uso inmediato. La memoria RAM permite un acceso rápido a la información, acelerando significativamente las operaciones del dispositivo y facilitando el modo multitarea.
Pero, al igual que ocurre con el almacenamiento, podemos saturar la memoria RAM si tenemos muchas ventanas abiertas y le exigimos al procesador llegar al límite.
La realidad es que los móviles actuales, principalmente los de gama alta, e incluso los modelos más asequibles, incluyen casi tanta RAM como un portátil de gama media. Esto se debe a que utilizamos nuestros teléfonos para diversas tareas, desde navegar entre innumerables aplicaciones hasta videojuegos con alto grado de exigencia en material de procesamiento y tarjeta gráfica.
Cuando esto ocurre, la primera respuesta del sistema es comprimir las aplicaciones que ya están en la RAM usando zRAM (una memoria dentro de la memoria, en términos básicos). La zRAM ocupa más o menos espacio dependiendo de las exigencias del sistema: actúa como la esclusa de un dique, liberando la presión.
Ahora, para que esto suceda debemos estar haciendo algo muy bien (en términos de ingeniería) porque de lo contrario la “esclusa” no se abre. Así que, en teoría, es posible quedarse sin RAM. Si abusamos de las aplicaciones instaladas, si estas son de gran exigencia y si usamos muchas al mismo tiempo, alcanzamos esa frontera. ¿Qué ocurre en esos casos?
Cuando un smartphone se queda sin RAM, puede provocar tres consecuencias inmediatas. La primera de ellas es que el dispositivo tendrá dificultades para ejecutar las aplicaciones con fluidez, lo que puede causar retrasos, bloqueos o cierres inesperados. En casos extremos, todo el sistema operativo podría dejar de responder.
Cuando la RAM está llena, también es posible que el teléfono no pueda almacenar todas las aplicaciones en ejecución en la memoria. Esto puede provocar que las aplicaciones se bloqueen, ya que el sistema tiene dificultades para administrar los recursos.
Finalmente, tenemos la inestabilidad del sistema. En casos graves, quedarse sin RAM puede provocar que el teléfono deje de responder o incluso se bloquee. El sistema operativo podría tener dificultades para gestionar la falta de memoria disponible, lo que podría requerir un reinicio.
Incluso las aplicaciones y procesos en segundo plano pueden verse afectados por la poca memoria RAM. El sistema podría cerrar automáticamente las aplicaciones en segundo plano para liberar recursos, lo que puede afectar su funcionalidad.
Algunos teléfonos utilizan un espacio de intercambio en el almacenamiento como solución alternativa cuando la RAM está llena. Sin embargo, acceder a los datos desde el espacio de intercambio es mucho más lento que desde la RAM, lo que provoca una mayor degradación del rendimiento.
Para evitar esto, es recomendable cerrar ventanas, hacer limpieza de aplicaciones cada tanto, para borrar las que ya no usamos y controlar, en Ajustes, el uso de la memoria RAM, para saber su estado.
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