RADARES
Un radar chino detecta burbujas de gas supercalientes en las pirámides egipcias
Estas burbujas pueden llegar a 100 kilómetros de diámetro y fueron detectadas por un radar chino construido con propósitos militares.
La atmósfera superior está llena de fenómenos peculiares y uno importante para la comunicación y la navegación son las burbujas de plasma ecuatorial (EPBs). Se trata de bolsas calientes de gas sobrecalentado que se forman en latitudes bajas, normalmente después del atardecer. Siguen siendo poco conocidas y, dado que afectan a la conexión de la Tierra con el espacio, es importante saber qué está pasando. Y algunas de ellas se han detectado precisamente sobre las pirámides de Egipto.
Los EPB cambian de una estación a otra, un poco como el clima. Pero a diferencia del clima, también se ven afectados por la actividad solar: después de todo, son el clima espacial. Tener la capacidad de pronosticarlos, a través de múltiples propiedades como la ubicación, el tamaño y el momento, podría ser crucial para reducir las grandes perturbaciones que experimentan los satélites.
Los satélites se utilizan para las comunicaciones, la navegación y las finanzas. Estas perturbaciones pueden limitarse a una estrecha franja de la Tierra, pero en este mundo interconectado, nos afectan a todos.
El hallazgo de una enorme burbuja de plasma sobre Egipto no es en sí una gran noticia. Decenas de estas EPB se forman cada año sobre esa región específica. Lo interesante es desde dónde se observó la burbuja. En general, estas observaciones suelen realizarse desde el espacio para obtener una visión global. También se pueden hacer desde el suelo, observando la región más cercana de la ionosfera, sin embargo, gracias a la curvatura del radar terrestre puede haber dificultades para ver objetivos por debajo del horizonte. Ahora, investigadores de la Academia China de Ciencias informan de una detección sobre Egipto desde la isla de Hainan, en el Mar de China Meridional. A 8.000 kilómetros de distancia.
Allí, China ha construido el radar ionosférico de largo alcance y baja latitud, o LARID. Se trata de un sistema de radar que puede vigilar las irregularidades creadas por las burbujas de plasma. Del mismo modo que las transmisiones de radio pueden enviarse a todo el mundo haciendo que se reflejen en el plasma de la ionosfera, el radar puede enviarse de la misma manera. La capacidad de LARID consiste en recibir las señales de vuelta e interpretarlas como la variación creada por estas burbujas de plasma. Su alcance de detección es de nada menos que 9.600 km, una distancia que se ha triplicado en menos de medio año a medida que su rendimiento ha mejorado.
Por lo tanto, lo extraordinario es la capacidad de este radar chino para ver los cambios en tiempo real desde miles de kilómetros de distancia. Los responsables del hallazgo, publicado en Geophysical Research Letters, sugieren que la creación de una red de tales radares podría ser revolucionaria para el seguimiento de estos eventos.
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