Entre redes y algoritmos: cómo la Generación Z lidera la revolución digital

Los nacidos en la era digital, la Generación Z, no concibe un mundo sin internet. Para ellos es como el cielo, las nubes, o los árboles, siempre ha estado ahí. Han crecido en un contexto en el que lo que necesitan consumir, tanto física como intelectualmente, está a tan solo un clic de distancia.

Los estudios muestran que los menores de 18 años pasan, en promedio, 24 días al año conectados a TikTok. Además, quienes tienen entre 18 y 24 años utilizan esa plataforma como su buscador de referencia, superando incluso a Google. Esta generación compra con total confianza productos que no están en tiendas físicas —y que tal vez nunca lo estén—, guiados por las recomendaciones de perfiles que siguen en redes sociales o por publicidad nativa diseñada específicamente para estos canales y consumidores.

A la Generación Z le resulta incómodo hacer llamadas telefónicas tradicionales, esas en las que no te ves y lo importante es lo que dices. En lugar de intercambiar números de teléfono cuando ligan, prefieren pedirse el Instagram y enviarse mensajes directos por esa vía. ¡Si supieran lo que era llamar a la casa de alguien que te gustaba y que contestara uno de sus padres...!

También es la generación que ha normalizado el pago por contenido. Han sido los responsables de que muchos adultos descubran las ventajas de las plataformas de streaming, como ver y escuchar todo cuando, donde y como quieras, sin interrupciones publicitarias cada diez o quince minutos, siempre que la conexión lo permita.

La Generación Z también ha redefinido el concepto de comunidad. A diferencia de generaciones anteriores, que forjaban lazos en espacios físicos, ellos construyen conexiones en línea a través de foros, videojuegos, y redes sociales. Estas comunidades digitales pueden ser igual de significativas, proporcionando un sentido de pertenencia sin importar la distancia física. Para muchos jóvenes, los amigos en línea son tan reales y valiosos como los que ven en su día a día, lo que demuestra cómo las barreras tradicionales del espacio y el tiempo se han desdibujado en su mundo hiperconectado.

Este grupo también ha adoptado el contenido efímero como parte de su rutina diaria. Las publicaciones que desaparecen en cuestión de horas o días, como las stories de Instagram o los videos de Snapchat, reflejan una necesidad de inmediatez, pero también de control sobre lo que comparten. Para la Generación Z, la privacidad tiene un valor diferente: no les molesta mostrar detalles de su vida diaria, pero desean que ese contenido no perdure para siempre, permitiéndoles cambiar y evolucionar sin dejar un rastro digital permanente.

Finalmente, cuando hablamos de esta generación, no podemos ignorar su creciente conciencia sobre el impacto de sus decisiones. Aunque parecen vivir en un constante "aquí y ahora", también están más sensibilizados hacia temas como la sostenibilidad, la justicia social y la diversidad. Ya sea a través de sus hábitos de consumo o de sus interacciones en redes, la Generación Z exige más de las marcas y los líderes. Buscan autenticidad y compromiso, y no tienen miedo de alzar la voz si sienten que sus valores están siendo ignorados.

Ainhoa Torres Sáez de Ibarra, directora del grado de Comunicación Digital de la Universidad CEU San Pablo