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«Robohon», el robot humanoide que quiere ser un móvil

«Robohon» es un minirobot humanoide que baila, charla, y además funciona como un móvil muy sofisticado que aspira a liderar ese tipo de telefonía, ha dicho a Efefuturo su creador Tomotaka Takahashi, asimismo «padre» del primer robot «astronauta» de cuyo regreso a la Tierra acaba de cumplirse un año.

Takahashi ha visitado esta semana Madrid para presentar «Robohon», un simpático y parlanchín robot humanoide de bolsillo, que también es un teléfono «inteligente», con el que espera sacar pecho frente a los «buques insignia» de la tecnología de telecomunicaciones móviles ahora en el mercado.

En unos dos meses podría empezar a comercializarse este dispositivo en Japón, ha añadido el profesor, durante una entrevista con Efefuturo.

En los más de quince años de trayectoria profesional en el mundo de la robótica, este ingeniero japonés ha desarrollado más de cuarenta tipos de robots, casi todos humanoides, entre los que se incluye el famoso astronauta robotizado «Kirobo».

Lanzado en 2013 a la Estación Espacial Internacional (EEI), para una estancia de un año y medio, este miniandroide presume de dos récords Guinness: uno, de ser el primer robot de acompañamiento a astronautas en el espacio, y otro, de haber mantenido conversaciones con humanos en las mayores alturas.

En la entrevista, Takahashi ha destacado el gran potencial futuro de la robótica, acompañado por «Robohon», y asimismo por «Robi», otro pequeño humanoide con apariencia de niño, aunque algo más alto que el anterior, del que se han batido récords en número de ventas de un androide, con 150.000 unidades comercializadas en Japón.

Su última creación, «Robohon», es un robot concebido como una plataforma de «hardware» abierta a nuevos avances tecnológicos y aplicaciones, cuyo desarrollo se ha realizado en colaboración con la tecnológica Sharp, como parte de un proyecto que ha involucrado a un decenas de expertos en robótica.

Sus responsables buscan revolucionar la clásica interfaz de los teléfonos móviles, de los cuales critican su formato, que consideran prácticamente obsoleto y «poco amigable» a la hora de fomentar la relación con el usuario, ha asegurado el profesor Takahashi.

El ingeniero, cuya agenda de trabajo en Madrid incluía conferencias y demostraciones de «Robohon» en universidades y centros públicos, ha asegurado que las funcionalidades como dispositivo móvil de su nuevo robot humanoide compiten con las de los teléfonos «inteligentes» más avanzados en el mercado.

Según sus previsiones, este bípedo robotizado podría comercializarse en zonas como Europa o Estados Unidos para finales de este mismo año, dependiendo de los acuerdos a los que se llegue con las respectivas operadoras telefónicas con las que ya se está negociando.

Además de caminar, moverse al son de distintos ritmos como un bailarín y charlar amistosamente con su dueño, este androide de 19,5 centímetros y tan sólo 390 gramos de peso, está dotado de tecnología de reconocimiento facial y de voz para «humanizar» sus conversaciones.

Permite hacer llamadas como cualquier teléfono móvil e integra tecnologías como cámara de fotos, proyector de imágenes o acelerómetro, entre otras.

Está dotado de una pequeña pantalla táctil, de dos pulgadas, para navegar en internet y permite conectividad 4G, además de wifi y Bluetooth, mientras que su batería puede durar en torno a un día, ha explicado el profesor Takahashi.

Sobre su precio no ha querido dar cifras, aunque ha avanzado que costará en torno a dos veces el precio de un teléfono móvil convencional de alta gama.

El profesor Takahashi ha destacado la sensación de «humanidad» que transmite «Robohon» cuando dialoga, en contraste con las respuestas orales de los teléfonos móviles convencionales, cuyo aspecto físico está lejos de suscitar cercanía en la comunicación con el ser humano.

De cara al futuro, los robots humanoides, con aspecto similar a las personas, parece que tendrán un peso trascendental dado que las ciudades serán cada vez mayores, y tenderán a suscitar aún más soledad a unas poblaciones, inmersas ya en un fenómeno de conexión creciente con sus amistades desde la tecnología, ha añadido.