Estados Unidos
Si el niño se porta mal, dale el móvil
Los niños con dificultades sociales y emocionales en los hogares de bajos ingresos eran más propensos a recibir la tecnología móvil para calmarles o mantener la paz y la tranquilidad en la casa, según revela un pequeño estudio dirigido por un pediatra en el Hospital Infantil CS Mott de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, cuyos resultados aparecen en una carta en la investigación que se publica este lunes en ‘Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine’, informa Europa Press.
«Sabemos que los padres de los bebés y los niños pequeños con comportamientos difíciles utilizan la televisión de manera desproporcionada y vídeos como herramientas para calmarles. Quisimos conocer si sucedía lo mismo en el caso de la tecnología móvil, como teléfonos y tabletas», dice el autor principal del trabajo, Jenny Radesky, experta en el comportamiento de los niños y profesora asistente en Pediatría en el Hospital de Niños CS Mott de la UM. Radesky llevó a cabo el estudio, mientras que estaba en el ‘Boston Medical Center’, Estados Unidos.
«Hemos encontrado que cuanto menos control y más frustración tienen los padres sobre el comportamiento de sus hijos, estos eran más propensos a su vez a emplear los dispositivos móviles para ayudarles a calmar a sus hijos», subraya. «Tenemos que estudiar más a fondo si esta relación entre tecnología digital y dificultades socio-emocionales de desarrollo se aplica a una población más general de padres y el efecto que podría tener sobre los resultados de los niños a largo plazo», añade.
El estudio incluyó a 144 niños saludables de 15-36 meses en familias de bajos ingresos y se preguntó a sus padres sobre la posibilidad de permitir el uso de un teléfono inteligente o una ‘tablet’ durante las diferentes situaciones. Estos dispositivos se empleaban más como una estrategia para apaciguar a los niños con comportamiento difícil, pero sin diferencias entre los niños con dificultades socio-emocionales y otros niños cuando se trataba de uso de la tecnología móvil durante otros escenarios, como comer, estar en público, hacer las tareas o acostarse.
«Otros estudios muestran que el incremento del tiempo de televisión puede obstaculizar el lenguaje de los niños pequeños y el desarrollo social, en parte debido a que reducen la interacción humano-humano», dice Radesky. «Ahora que las pantallas se pueden poner en cualquier lugar, se han convertido en parte de nuestro espacio interpersonal. Estamos interesados en identificar las formas en que los dispositivos móviles a veces interfieren con la dinámica de la familia y la forma en que se pueden utilizar como una herramienta para aumentar la conexión padre-hijo», concluye.
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