Videojuegos

Donald Trump culpa a los videojuegos de las masacres en Estados Unidos

El presidente norteamericano vuelve a levantar las armas contra la industria

Donald Trump
Donald Trumplarazon

El presidente norteamericano vuelve a levantar las armas contra la industria

Durante un escaso período de aproximadamente 12 horas han tenido lugar dos masacres en territorio estadounidense. Los ataques perpetrados el primer fin de semana de agosto evidencian un comportamiento antisocial y tendencias racistas vinculadas a los movimientos de supremacía blanca del país. Aun así, el presidente Donald Trump hace responsable de las matanzas a los videojuegos.

Durante una intervención realizada hace unas horas, el presidente de los Estados Unidos aseguró que los videojuegos tienen gran parte de culpa en las masacres del fin de semana. “Debemos detener la glorificación de la violencia en nuestra sociedad. Esto incluye juegos violentos y horripilantes que ahora son muy comunes. Es fácil para los jóvenes con problemas involucrarse en una cultura que celebra la violencia. Necesitamos detenerlo o reducir ese impacto significativamente y de inmediato”, aseveró Trump.

El presidente estadounidense también señala a Internet como uno de los lugares que ayudan a difundir el discurso del odio. Vale la pena recordar, que Trump se halla constantemente en el centro de la polémica gracias a comentarios racistas tanto en entrevistas, como en su cuenta oficial de Twitter, donde recientemente hablaba de "eliminar a los inmigrantes"y animaba a representantes políticos con raíces extranjeras a regresar a sus países de origen.

Varios representantes de la sociedad civil y organizaciones políticas republicanas también afirman que los videojuegos acumulan gran parte de culpa en estas matanzas, justificándose en la supuesta influencia que pueden tener en una serie de personas con problemas y trastornos mentales.

La comunidad de jugadores no ha tardado en contratacar con el hashtag #VideogamesAreNotToBlame, donde se pueden consultar multitud de entradas mostrando cómo los videojuegos se utilizan como chivos expiatorios para un problema, que es mucho mayor en Estados Unidos. En la mayoría de los países la población tiene acceso a películas violentas, libros y videojuegos, casi siempre regulados por una clasificación de edad correspondiente a su contenido, pero no existe libertad para comprar armas y munición. Tan solo basta con contrastar los casos de ataques como los del fin de semana pasado, que no se dan con la frenética frecuencia de Estados Unidos en ningún otro rincón del planeta.